Llamados Y Escogidos © [TRILOGÍA]

4

Sábado,
10:07am

Me encontraba bebiendo café, mientras miraba por el ventanal de mi habitación al hermoso cielo celeste que había, no se hallaban tantas nubes en el cielo hoy y podía escuchar tan nitidamente el cántico de los pájaros que volaban hacia los árboles. Hoy sería un gran día, podía percibirlo. Finalmente me decidí por aceptar la invitación de mis padres, luego de que Jacob me convenciera ayer. No pierdo nada yendo y además Jacob estará allí.

No podría explicar la expresión de alegría que se formo en el rostro de mis padres cuando les conté mi decisión final, lo que tanto habían esperado al fin sucederá, aunque aún no entiendo muy bien la importancia de ir a aquellos lugares. Sí, Dios existe. Pero con no hacer nada malo basta, ¿cierto? Quiero decir, recuerdo escasamente que mis padres me enseñaron cuando era niña aquel versículo que decía: no robaras, no mataras, no cometerás adulterio, no mentiras. Yo no hago ninguna de esas cosas, por ende estoy bien. ¿cierto?

Mi café se acabo, asique baje a la cocina a dejar la taza en el fregadero. Una vez echo esto, me senté en el sofá y encendí la tv.

Unos golpes a mi puerta hacen que quite mi vista del plasma en frente mio.

— Soy yoo - escuché decir a Danielle al otro lado de la puerta.

— ¿Qué haces por aquí? -le pregunte una vez que abrí la puerta.

— le dije a mi abuela que tenía que llevar a arreglar mi bicicleta -me contesto casi susurrando.

— Todo para justificar tu tardanza — reí — muy astuta Danielle.

— ¿Y tus padres? - dice entrando a mi casa y mirando hacia todos los lados.

— En el trabajo, pero en poco ya regresan - musité mirando el gran reloj que esta en la pared. 11:47am.

— Genial, hace mucho no los veo - se sienta en el sofá — ¿tienes planes para hoy?

— Si no hacer nada cuenta... Entonces sí -reí al igual que ella

— Bien entonces podemos ir al centro comercial a comprarnos un lindo vestido para esta noche - habló con notable entusiasmo.

— ¿Esta noche?

— El cumpleaños de Sean, mi amigo... ¿Lo recuerdas? - dijo de manera obvia.

Se suponía que hoy iría al evento.

— oh, sí... Hoy no puedo -alcé mis hombros.

— ¿Por qué no? -arrugo su frente

¿Cómo describo al sentimiento que tengo ahora? Mmm... ¿Vergüenza?

Sí, en definitiva lo es. Siento vergüenza.  — Mis padres no me permiten salir hoy - mentí.

Cielos, ¿acabo de mentir?

Pero, ¿que más podía hacer? ¿Decirle que iría a la iglesia y que se ría de mi?

No y no.

Conociéndola sabía que se burlaría y no quiero que lo haga.

— Descuida yo los convenzo - argumentó segura, enderezando su postura.

— ¡No! - Exclamé.

Si ella lo intentaba, mis padres le dirían la verdad y luego ella me interrogara sobre porque le mentí y se burlará porque iré a la iglesia. Aunque bien podría haberle dicho que mis padres me obligan a ir. Rayos, esa era una buena idea y no era del todo falsa.. ¿Por qué no pienso bien las cosas?

— ¿Por qué no?

— Oye, ¿Cómo que tu abuela debe estar pensando que te tardas bastante no? - ella mira el reloj y su rostro cambia.