Llamados Y Escogidos © [TRILOGÍA]

19 {editado}

Sábado,
Lille, Francia.

-Tomen asientos chicos, vamos a comenzar -anunció mi madre.

Me senté al lado de Alice, quien tenía a su lado a Emily, a su vez Emily estaba al lado Daniel, éste de Jacob, Hunter y Khloe. Todos estabamos sentados en el suelo, en un semicirculo.

Mis padres jamás fueron fanáticos de lo monótono, en el sentido de que nuestras celulas sean formales como los cultos de los domingos, ustedes saben, todas las sillas acomodadas una detrás de la otra en hileras. A ellos les gusta la idea de romper con esa estructura para que sea más divertido y familiar.

Hunter: Baahh tengo tanta hambre, que si me mandaran a la fosa de los leones como a Daniel ya me los hubiera devorado -expresó tocándose el abdomen.

Todos reímos ante su comentario.

— Ay Hunter, ¿Qué sería de ti si hicieras un ayuno? - esbozó Alice.

— Simplemente no podría - Jacob levemente y alborotó el cabello del chico a su izquierda.

Todos volvimos a reír y negamos con nuestra cabeza. Me sentía tan cómoda entre ellos, realmente me gustaba el grupo que éramos, aunque eramos pocos, podía tener confianza con todos. Si tan solo tuviera a alguno de ellos en mi instituto, todo sería más sencillo.

Mis padres comenzaron con la clase y yo me dediqué a escucharlos con atención.

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— asiqué... ¿iras a tu primera fiesta..eh? -inquiere la pelinegra codeandome el brazo.

Le había comentado a Emily que iría a la fiesta hoy en cuanto el discipulado acabó.

— Sí, Logan me convenció de ir -farfullé.

— Uhhh Logan - arqueó sus cejas de forma coqueta.

Oh, sí, tambien le hablé de Logan.

Y al contrario de Jacob, ella si se alegró de mi relación con él.

Reí levemente ante su comentario.

— Sí, pero no iré allí para ser una más... Quiero marcar la diferencia allí — farfullé.

La pelinegra en frente mio, sonríe y asiente.

— Claro, así debe ser -afirma - sabes, me alegra tanto la obra que Dios esta haciendo en tu vida, tus padres han orado mucho por ti, inclusive mucha veces; luego de las células, algunos nos quedabamos y orabamos por tu vida. Verte aquí y como se nota que estas creciendo rápidamente; es... Algo hermoso, sin duda también es algo que reconocer,y dar la gloria a Dios - expresó con sinceridad.

Lo que dijo me sorprendió, no sabía que muchas veces habían orado por mí, para que yo llegue a Papá. Sonreí con mis ojos cristalizados y le agradecí dandole un abrazo. Sus palabras me hicieron sentir bien, me animaron a seguir así como voy.

— Bien, ahora..¿Qué te pondrás para la fiesta? - preguntó en cuanto nos separamos.

— No había pensado en eso - admití.

¿Cómo no me acordé de aquél gran detalle? ¿Con que se supone que iré?

— Oh, no te preocupes, vamos a tu casa y yo te ayudaré a elegir el atuendo perfecto -exclamó.

Asenti y fuimos en su carro a mi casa.

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