26

1.3K 245 17
                                    

-Creo que tu Dios es real, Lauren- dijo mirándome fijo.

-Félix, esto que me has contado es maravilloso- espeté.

Me alegraba que Dios se esté revelando a su vida poco a poco. Es tan inefable como Él siempre está en el más mínimo detalle.

-¿Qué es lo que harás con esto ahora?- pregunté.

-Si te refieres a comenzar a vivir para Dios... No sé, es como que siento algo dentro mío que me pide a gritos que vaya a Dios, pero por otro lado no sé si estoy listo para cambiar mi vida- asentí.

-Lo entiendo, es difícil la decisión. No voy a presionarte u obligarte a que vayas a Dios, porque Él jamás haría eso. Lo que sí te aconsejaré es que lo sigas pensando, caminar obedeciendo a Dios no es fácil para ser sincera, pero la sensación de felicidad, llenura y paz es inenarrable, y sin duda será la mejor decisión que alguna vez podrías haber tomado.

- Gracias Lauren, por todo -me abraza tomándome desprevenida. Pero sin dudar correspondo su abrazo.

-No hay de que, sabes que si tienes una duda o simplemente quieres hablar de algo, aquí estoy- informé -y Dios también está para escucharte cada vez que quieras- sonreí.

[]°[]°[]°[]°[]°[]°[]°[]°[]°[]

Domingo, 3:30pm
Cannes, Francia.

Todavía no había podido hablar con mis padres sobre aquel sueño. Pero considero importante que lo sepan, quiero decir, son sus líderes y tal vez tengan una interpretación, ellos lo conocen desde antes que yo. Por otro lado, Dios aún no me ha dicho nada al respecto y no pienso dejar de orar al respecto hasta conseguir una respuesta de su parte. Me preocupa, Jacob es mi mejor amigo; gracias a él me animé a ir a la congregación, él siempre está aconsejandome, él me comprendé, siempre está para mí cada vez que lo necesite, y siempre nos divertimos cuando estamos juntos los dos. Es sin duda la mejor amistad que Dios podría haberme dado, para mi es el hermano mayor que nunca he tenido. Y aquél sueño... Aquél sueño me quita un poco de paz, no me gustaría que nada malo le sucediera, que nadie le hiciera daño, no podría verlo lastimado, es una de las personas más alegres que conozco.

-¡Lauren! -mi prima habla sacándome de mis pensamientos.

-¿Qué sucede Lise?

-¿Recuerdas que dije que otro día te mostraría más lugares?- inquirió haciendo que recuerde.

-Sí- respondí.

-Pues hoy es ese día. Como noté que eres una chica que le gusta pensar, y Félix me ha comentado que hablas sola -suelta una risita- oh bueno... dijo que según tú hablas con Dios- asentí divertida y ella continúa -tengo un lugar que te encantará.

(...)

Mi tío nos llevó en su auto a aquel lugar que Lise me comentó. Queda diez cuadras atrás de la casa donde resido. Si empezaría a frecuentar este lugar como ella me sugirió, tardaría unos diez o quince minutos en llegar a pie.

-!Estamos por llegar!- exclamó -cierra los ojos, quiero ver tu reacción al bajar del auto.

Le obedecí y cerré mis ojos.

Sentí el carro detenerse y la puerta a mi lado abrirse.

-vamos baja- musitó mi prima para luego tomarme del brazo y bajarme ella misma rápidamente. -abrelos-  ordenó.

Abrí mis ojos sin saber que quedaría deslumbrada por lo que tenía frente a mis ojos.

El lugar se notaba cálido y agradable, rodeado de árboles se situaba una pequeña cabaña de madera. Sin dudas era un lugar relajante.

Llamados Y Escogidos © [TRILOGÍA]Where stories live. Discover now