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1883. Puerto de Buenos Aires.

Saludaba a aquel barco que se acercaba, poco a poco, al muelle. Podía ver como las personas se asomaban por los bordes, sosteniendose de las barandillas de metal, mientras veían aquella nueva tierra a dónde arribarían en breve, su nuevo hogar. Algunos lo vieron mientras mantenía el brazo extendido en el aire y lo agitaba, dándoles la bienvenida, y le devolvieron el gesto con efusividad. Sonrió al ver como algunos, eufóricos o nerviosos, se sostenían de los amarres de cuerda del barco, intentando ver mejor, y se balanceaban con el viento. 

_Señor, debe relajarse_ dijo el hombre junto a él. Mantenía los brazos tras la espalda y una expresión neutral, desinteresada. 

_¿De dónde viene este barco?_ preguntó, bajando el brazo, pero sin dejar de sonreír con cordialidad. 

_Italia, señor_ 

Argentina frunció la nariz unos segundos, pero relajó el gesto y caminó con soltura por el muelle, escuchando las olas romper contra los pilares que lo mantenían en pie. El hombre de elegantes ropas lo siguió unos pasos más atrás, con el ceño fruncido y una mueca asqueada ante el olor del agua salada, las algas, el pescado y el barro. A diferencia de él, Argentina se sentía a gusto allí, caminando entre los atareados ciudadanos, escuchando el oleaje, olfateando los diversos aromas de los productos que bajan de los barcos mezclados con el olor del mar. 

Se dirigió al sector dónde iban a descender los inmigrantes, para poder observar de más cerca y, tal vez, saludarlos. Mantenía una expresión amistosa, y se removía ansiosamente en sus simples ropas; una camisa blanca, pantalones y botas negros. 

En contra de los deseos y exigencias de sus asesores, políticos y sirvientes, siempre elegía vestimentas sencillas y cómodas, sin querer llamar demasiado la atención con las ostentosas ropas de lino, cubiertas de detalles de vivos colores dorados y blancos, que querían obligarlo a llevar. Se sentía más cómodo en la simpleza, en como su apariencia se asemejaba a aquellas nuevas personas que llegaban en los barcos casi a diario, a toda hora, para comenzar de nuevo en su territorio. 

_Insisto en que debería mantener una distancia más segura, señor_ protestó su acompañante, pasándose un delicado pañuelo blanco por su robusta nariz, repugnado por aquel lugar. Era alguien de "alta sociedad", y no le agradaba tener que concurrir un lugar donde cientos y cientos de personas simples vendían o lanzaban sus desperdicios. 

_Si no te gusta, podés retirarte_ aclaró el más alto, mirándolo de reojo con cierta irritación, pero sin perder su sonrisa. 

Se escucharon cerca las bocinas del barco, y luego el chapoteo del agua al caer la cadena duramente contra las espumosas olas. Las voces exaltadas de los recién llegados se escuchaban muy cerca, y distintos idiomas eran hablados al mismo tiempo en la cubierta. 

_No entiendo cómo es que disfruta de… esto. Son personas simples, al fin y al cabo, casi todos terminarán en los conventillos_ 

Argentina arrugó la nariz, deseando darle un buen rapapolvo ante aquellas palabras tan desubicadas y crueles. Sin embargo, solo giró su cabeza hacia la multitud de personas que comenzaban a descender por la plataforma de madera.

_Incluso las cosas más simples, pueden llegar a ser bellas, valiosas e interesantes._ respondió con tono mordaz. 

El más bajo bufó como respuesta, metiendo las manos en los bolsillos de sus finas y coloridas vestimentas. 

_Ademas, no todos acabarán en esos mugrosos y mediocres conventillos de los que tan orgullosos están ustedes_

_Son lo mejor que podemos ofrecer_

_Mienten, y eso no me gusta. Podemos ofrecerles algo mejor a estas personas. Estan buscando oportunidades, empezar desde cero, formar un nuevo hogar en nuestra Patria._ su tono se volvió un poco más grave, amenazante_ Y no voy a consentir que los traten como animales_ a pesar de sus palabras, sabía que poco podía hacer para cambiar esa vergonzosa realidad. 

El hombre no tenía palabras. Simplemente agachó la cabeza con resignación.

Argentina asintió, satisfecho, mientras se acercaba al primer grupo de inmigrantes, quienes miraban alrededor con nerviosismo, sus ojos bien abiertos, sus pertenencias en mano. Sonrió, extendiendo los brazos. 

_Benvenuti in Argentina_ dijo con su buen acento italiano. Aquellas personas lo miraron con sorpresa_

_G-grazie mille per averci ricevuto [Muchas gracias por habernos recibido.]_ respondió una mujer que cargaba una niña en brazos, inclinando la cabeza con gratitud. Argentina levantó las manos y las movió nerviosamente en el aire. 

_Non devono inchinarsi a me, anzi, dovrebbe essere il contrario. [No deberían inclinarse ante mí, de hecho, debería ser al revés.]_ comentó, amagando a inclinárse levemente hacia aquellas personas, sintiendo una oleada de orgullo al saber que lo habían elegido y puesto su fé en él para poder continuar con sus vidas, o rehacerlas. 

_No no no_ protestaron, pero el simplemente les sonrió abiertamente, incorporandose y señalando el muelle. 

_Continua per favore_ 

Aquellas personas comenzaron a adentrarse en el muelle, siguiendo el bien marcado camino hacia la ciudad. Se quedó allí, esperando al siguiente grupo, que ya descendía por la plataforma. 

Sonrió con cariño y orgullo, un sentimiento cálido se implantó en su corazón mientras veía a aquellas personas. Sabía que, pase lo que pase, siempre les iba a abrir las puertas de su nación, sean de dónde sean. Todo sería diferente, iban a avanzar todos juntos. El iba a asegurarse de ello.















_Las puertas de mi hogar siempre estarán abiertas para ustedes. No importa de donde vengan, que idioma hablen, cual sea su religión, a quien amen… siempre tendrán un lugar aquí. Lucharé, sangrare, lloraré, reiré y viviré por ustedes, tanto por los que han nacido en este suelo como por los que lo han elegido... _ sonrió con tristeza y orgullo_ Mis brazos y mi hogar siempre estarán abiertos al mundo_ 






























¿Male, que haces subiendo capítulo a las 0:50 de la madrugada?

No c AhRE

No, estaba escribiendo dos capítulos (NazArg ; ArgAle) y me dije a mi misma "primero les tiró una clase de historia y después les mando los ships ahí to' lindos"

Pienso en ustedes ahr💕

Y PRAAAAA acá está ah

A la tardecita subo los capítulos de los ships (uno es más largo que la biblia, pero bueno)

Los amos BBS 💕

°Fuerte° (C.H. Argentina)Where stories live. Discover now