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Otro aburrido día de universidad pasa para Han Jisung. Para su suerte, es jueves, por lo que solo tiene cuatro horas de clase. Sumándole que uno de sus profesores no ha podido asistir y ha tenido una hora libre para trabajar, no ha sido uno de sus peores días.

Camina hacia la salida de la universidad, pensando en que le habrá dejado Seungmin preparado para comer. Ya que el menor de los dos tiene que trabajar a la hora a la que Jisung llega de sus clases, suele dejar algo preparado para que Jisung no coma fideos instantáneos. Sus horarios son diferentes, por lo que hay días en los que comen a diferentes horas y otros en los que coinciden y pueden disfrutar de una comida acompañados.

La vista de un grupo de chicas que murmuran entre ellas, señalando en una dirección sin disimulo, lo saca de sus pensamientos sobre el rugido de su barriga o la agradable perspectiva de la comida de Seungmin. Es capaz de hacerse una idea, sin mirar, de que es lo que señalan las chicas. Siempre es lo mismo cuando se encuentra una escena así.

Pero, aún así, no puede evitar su sorpresa al ver a Minho apoyado en su moto, esperando. El mayor parece algo incómodo con las miradas, pero por una vez Jisung o culpa a las chicas por querer observarlo. Lee se ve demasiado bien con esa chupa de cuero y esos vaqueros ajustados. Su pelo rubio se encuentra ligeramente despeinado. Sostiene dos cascos en sus manos, la señal de que viene a recoger a alguien.

Desde la conversación del día anterior que había mantenido con Seungmin sobre el chico, no se había dado el lujo de pensar mucho en Minho, temiendo por la integridad de su salud mental si lo hacía. Porque Seungmin había logrado aclarar sus sentimientos, que llevaban atormentándolo días, en una simple charla. Le ha puesto un nombre claro y sin margen de error a todo lo que pasa, entendiendo mucho mejor los sentimientos de Jisung que él mismo.

La respuesta clara que ha encontrado es algo que le aterra. Y es que aceptar que le gusta el chico que llegó a considerar como un hermano no es lo más fácil.

-¿Qué haces aquí, hyung?- le pregunta, parándose frente a él con una sonrisa.- Por la tarde hay partida de cartas en la guarida.

-Lo sé, pero todos están ocupados en algo y yo no quería comer solo.- explica Minho, sonriendo al ver a Jisung. La verdad es que Lee quería ver al menor, y solo se ha buscado esa excusa para coger su moto e ir a buscarlo.- Me he acordado de que hoy sales pronto de clases y venía a proponerte que fuésemos a ver a Seungmin a su trabajo.

-Me muero de hambre, así que acepto la oferta de comida gratis.- responde Jisung, arrebatando uno de los cascos de manos de Minho.- Tú pagas. Creo que debes saber que me voy a hinchar.

-Oye, llevo un rato aquí esperando. Lo justo sería pagar a medias.- se queja el mayor, ganándose un encogimiento de hombros por parte de su amigo. No puede evitar que su sonrisa se amplíe ante el juego que han comenzado.- A parte. ¿Ves a ese grupo de chicas?- dice, señalando con la cabeza al grupo que Jisung ha visto al salir, susurrando en un tono que parece esconder una confesión importante. Él asiente, invitando a su mayor a continuar.- Creo que me quieren secuestrar. Llevan mucho rato murmurando mientras me miran.

-Eres un tonto, hyung.- ríe Jisung, ganándose una mirada ofendida por parte del chico. Aún así, él tampoco puede ocultar su diversión por la situación.- Yo sé como hacer que murmuren por otra cosa.

El susurro de Jisung despierta la curiosidad en Minho, que se pregunta que será lo que va a hacer el chico de mejillas regordetas. Lo que menos se espera es que de un paso adelante y pose sus labios sobre su mejilla, muy cerca de la comisura de los propios, durante unos segundos. El roce de esos mullidos labios se le antoja casi irreal, demasiado perfecto para estar pasando de verdad.

~The Perfect Moment~ MinsungWhere stories live. Discover now