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-¡¿Qué habéis hecho qué en la guarida?!- exclama Seungmin con los ojos abiertos como platos.

Jisung acaba de llegar a casa con el cabello despeinado, los labios algo hinchados y aire distraído, lo que ha provocado las sospechas inmediatas de los dos menores sobre que ha pasado algo interesante mientras su amigo estaba fuera. No han tardado en empezar a interrogarlo, sonsacándole con facilidad lo que ha pasado con Minho.

Tampoco es como si Jisung hubiese querido mantenerlo en secreto a toda costa.

-Si gritas así se van a enterar todos los vecinos de que ya os lo he contado.- suspira el mayor de los tres, sin poder ocultar su diversión por las reacciones de sus amigos.- Y, por si no lo sabes, Minho hyung vive aquí cerca, casi al lado.

-Perdón, pero es que estoy atónito.- responde Seungmin frunciendo los labios en un gesto de frustración.- Hace dos días lloriqueabas porque él no sentía nada por ti. ¿Y ahora me dices que os habéis besado? ¿Estáis saliendo?

-No solo se han besado una vez, llevan toda la tarde solos en la guarida.- apunta Jeongin con una sonrisa pícara.- A saber que ha pasado ahí que no nos cuenta. ¡Han corrompido la pureza de nuestro lugar especial!

-¡Jeongin!- exclama el protagonista del cotilleo con las mejillas rojas de la vergüenza.- ¿Desde cuando eres así? Y no sé si estamos saliendo, no hemos hablado de eso.

El menor de los tres se encoge de hombros intentando mantener una expresión tierna claramente forzada.

No tardan mucho en estar los tres riendo a carcajada limpia, preparados para empezar a hablar en serio del asunto.

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-¿Lo besaste?- pregunta Hyunjin, dejando el cuchillo que estaba usando para preparar la cena de su hermana a un lado.- ¿En serio lo besaste o estas imaginando cosas?

El de cabellos azabaches todavía no se cree del todo lo que dice su mejor amigo. Ha llegado de repente, diciendo que ha sido la mejor tarde de su vida, y le salta con que Jisung y él se han besado. Cuando no hace ni dos días que el mayor le decía que no tenía ninguna oportunidad porque a Jisung le gustaba otro.

Bueno, puede que ese otro fuese el propio Minho y el muy imbécil no se hubiese dado cuenta.

-¿Eres imbécil o que te pasa?- le espeta Minho. El mayor siente los colores subirse a su rostro al pensar en el beso.- Y, en realidad, él me besó primero.

-Nunca creí que Jisung fuese a ser más lanzado que tú en este tema.- bromea el boxeador, reanudando su tarea. Minho gruñe por lo bajo, pero no puede reclamar nada a sabiendas de que, si Jisung no llega a dar el paso, él nunca lo habría dado.- ¿Estáis saliendo?

-No lo sé.- el chico de cabellos claros se da cuenta de golpe de que no tocaron ese tema en ningún momento, tan ocupados como estaban en otras cosas.- No le he preguntado, y él a mi tampoco.

-Es difícil preguntar si tienes la boca ocupada en otras cosas.- suelta Hyunjin, preparado ya para escapar por su comentario atrevido. Minho le lanza una mirada asesina y se acerca un paso.- ¡No me hagas nada! ¡Estoy armado!- exclama el chico, mostrándo el cuchillo con el que cortaba los ingredientes de la cena.

-Oppas, dejad de hacer el tonto y acabad de hacer la cena.- suspira una pequeña de diez años entrando a la cocina ya con el pijama puesto, impidiendo que uno de los dos mate al otro.- Mientras comemos oppa Minho nos puede hablar de lo que piensa hacer para que ese chico sea su novio, pero necesitamos comida.- apunta con una sonrisa que pretende ser inocente, pero ambos chicos saben que esconde mucha maldad. Se miran entre ellos, sorprendidos de que Ryujin sepa lo de Jisung.- En esta casa se oye todo, deberíais hablar más bajo si no queréis que me entere de lo que decís.

~The Perfect Moment~ MinsungWhere stories live. Discover now