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-¿Podéis dejar de hacer ruido?- exclama Jisung, apareciendo en el salón donde Seungmin y Jeongin ríen escandalosamente, haciendo que ambos se sobresalten.- Estoy intentando trabajar. Ese trabajo va a ser prácticamente toda mi nota y no puedo concentrarme si no paráis.

A pesar de que Seungmin ya no tiene ninguna deuda y podría pagarse un piso para él solo, ambos chicos se han acostumbrado a vivir juntos. Por eso Seungmin sigue en la casa de Jisung, cosa que al mayor de los dos le encanta. No le gusta mucho lo de vivir solo.

Pero hay momentos como ese, en el que los dos menores de su grupo de amigos se reúnen y solamente se dedican a hacer escándalo, en los que tiene ganas de echar al menor de su casa con tal de tener algo de tranquilidad. Normalmente se habría dado por vencido y se habría unido a los dos menores en su diversión, pero la fecha de entrega del trabajo se acerca cada vez más y eso lo esstresa de sobre manera.

-Perdón, hyung.- dice Jeongin, aún riendo ligeramente de lo que sea que hayan hecho.- Pero es que Seungmin no para de decir tonterías y es imposible no reírse.

-Mejor que lo dejéis, me voy a la guarida a trabajar. Seguro que está vacía.- suspira pesadamente, rendido ya. Los dos menores hacen pucheros, dispuestos a replicar en cuanto el mayor se gira.- Ni se os ocurra decir nada, tengo que trabajar y aquí no puedo.

-Por lo menos promete que vendrás a cenar.- murmura Seungmin con preocupación cuando el mayor sale de su habitación cargando una pesada mochila con su portátil y una libreta en su mano.- Hoy no has comido nada.

Jisung asiente despacio, siendo consciente de repente de que lleva tan concentrado en su trabajo desde que se depertó que se le ha pasado que debía parar a comer algo al medio día, y ya son casi las seis de la tarde. Aún así no siente su estómago quejarse por comida, como debería estar haciendo.

Se encamina a la guarida a paso lento, despejando su cabeza con la leve brisa que despeina sus cabellos y que hace que tenga que encogerse más en su sudadera. Hace ya un rato que le había empezado a doler, pero tampoco por eso había querido parar. Solo ha seguido sorbiendo su café para no caer rendido al agotamiento.

Una vez en el lugar, que está tan vacío como se imaginaba, se apodera de la pequeña mesa coja, por la que esparce sus cosas para poder trabajar con comodidad. Empieza a teclear con velocidad, escribiendo y borrando, cambiando cosas y añadiendo otras nuevas, desesperado por dar con los resultados perfectos que tanto ansía.

Tan centrado está en su trabajo que no se da cuenta de cuando alguien abre la puerta de la guarida, sorprendiéndose de encontrar al chico de mejillas regordetas en el lugar delante un portátil y con un montón de hojas esparcidas por la pequeña mesa. Esperaba que el lugar estuviese vacío.

Minho no puede evitar sonreír cuando se sienta al lado de Jisung, esta vez en el sillón y no en su sitio habitual del suelo y el menor ni siquiera se da cuenta de su presencia en ese instante.

Durante unos segundos, Lee se dedica a observar el perfil conentrado de Jisung mientras trabaja. El menor frunce el ceño cuando borra las palabras que acaba de escribir, y sus ojos se encienden con brillo de orgullo cuando vuelve a escribir algo y se siente satisfecho con el resultado. Es adorable de una manera única que vuelve loco al chico que lo observa.

-¿Qué es tan interesante que no te enteras de nada de lo concentrado que estás?- pregunta el recién llegado con burla. Jisung salta en su lugar, sorprendido, antes de fulminarlo con la mirada llevándose las manos al corazón en un gesto dramático.- Se ve que de verdad no te habías dado cuenta de que estaba aquí.

-Pues no, hyung idiota.- murmura Han suspirando al sentir su corazón menos acelerado.- Estaba trabajando en algo para la universidad y no me esperaba a nadie aquí.

~The Perfect Moment~ MinsungWhere stories live. Discover now