~The Perfect Moment~ Minsung

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Jisung juraría que la tensión era la décima invitada a la pequeña reunión improvisada que habían organizado en la guarida.

Hace ya dos días que esperaban noticias de Félix o de Changbin después de que ambos se marchasen corriendo la última vez y, de repente, Seo dió señales de vida por el grupo en el que están todos, apremiándolos a reunirse en la guarida. Ninguno dudó en dejar lo que quisiese que estuviese haciendo para salir corriendo hacia el lugar.

Ahora, todos observan a la pareja de chicos que han vuelto a aparecer con nerviosismo, esperando a que digan algo para echar fuera a la tensión y poder volver a respirar con una cierta normalidad.

Minho se encuentra sentado en el suelo, entre las piernas de Jisung, que está algo más elevado por estar sentado en el sillón. El menor de los dos apoya las manos en sus hombros con tensión. Lee no tarda en atraparlas entre las suyas para intentar transmitir algo de tranquilidad en medio de la tormenta.

-Creo que todos sabéis lo que os voy a decir.- suspira Félix con voz temblorosa, mirando el jugueteo de sus manos nerviosas.- Y realmente no sé como empezar a contaros todo esto.- de sus labios se escapa una risa forzada que intenta romper la tensión, pero que no lo logra. Changbin nota sus pocas fuerzas, y no duda un instante en agarrar la mano del pecoso y sonreírle con dulzura.- Todos sabéis que tengo un problema.- continúa el australiano menor, sintiéndose renovado por ese pequeño gesto de su mayor.- Pero voy a salir de esta. Quiero hacerlo. Pero necesito vuestra ayuda.

-Claro que te vamos a ayudar, Lix. Lo prometimos.- dice Chan. El chico intenta sonreír, pero le sale un gesto cargado de tristeza y miedo que no pasa desapercibido para ninguno de sus amigos.- Pero sigo sin entender por qué has hecho esto.

-En Australia todo era más duro que aquí.- empieza a explicar el chico, con un notorio temblor en todo el cuerpo.- El barrio no está tan mal como todos piensan. Por lo menos nos tenemos los unos a los otros. Pero allí no estábais vosotros. La gente fue cruel conmigo. Me hicieron pensar que no valía nada, que no era más que malgasto de oxígeno. Simplemente me destruyeron hasta niveles que nunca creí posibles. Y pensar que siempre creímos que estabamos completamente rotos... Dejar de comer en ese momento parecía una buena opción para hacer que todo parase.

-Félix...- solloza un Jeongin al que las lágrimas ya no le dejan ver el rostro de su amigo, apegándose al cuerpo de su novio en busca de algo de consuelo.- Eres precioso, no tendrías que haber hecho nada de eso. No quiero perderte por culpa de una panda de imbéciles.

-Vamos a ayudarte para que puedas volver a ser el que eras.- anuncia Seungmin, igual de destrozado que Jeongin, pero conteniendo aún las lágrimas que se agolpan en sus ojos.- Vamos a recontruir todos los pedazos en los que te rompieron. Hasta que vuelvas a estar entero de nuevo.

-No importa si te quedan algunas grietas.- continúa Jisung, sonriendo con tristeza, dando por hecho que su mejor amigo se va a recuperar.- Todos aquí las tenemos, pero no nos rompemos porque nos sujetamos los unos a los otros. Ya no vas a estar solo nunca más.

Para ese momento ya todos han dejado caer alguna lágrima. Los cuatro menores lloran a mares, mientras que los mayores intentan contener sus emociones para ayudar a los otros a mantenerse enteros durante el duro momento. El que mejor parece estar conteniendo la calma es Changbin, que se encuentra en aparente tranquilidad mientras ve las reacciones de sus amigos.

-Ahora mismo no estoy bien.- dice Félix, rompiendo el pequeño silencio que los envolvía.- No me veo bien y no estoy agusto con lo que soy. Me siento asqueroso cada vez que me veo en el espejo y solo quiero adelgazar más. Pero Changbin hyung me esta ayudando para ver que es lo que debo hacer.

-¿Recordáis a Jae Park?- pregunta Changbin, tomando él el relevo de la conversación. Los chicos asienten, recordando al chico algunos años mayor que ellos con parecido a Chicken Little, el cual era vecino de Changbin.- Estudió la carrera de psicología. He hablado con él y ha dicho que lo mejor es que Félix se interne en un centro de rehabilitación, que será la manera más rápida de la que podrá salir de esta. Incluso me ha recomendado uno. Lo hemos hablado con sus padres, y van a venir a Corea para evaluar la situación, pero seguramente sea el camino que acaben eligiendo.