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-¡¿Es Mingyu hyung?!- grita Jisung, sorprendido de ver al chico aparecer al lado de su madre.

-¿Quién?- preguntan Félix y Jeongin a la vez, extrañados.

Seungmin decide callarse, ya que el nombre le es conocido de las historias que le contaba Jisung sobre sus años en Malasia. Pero con Minho delante no piensa decir lo que sabe. Es de sobras sabido por todos que el mayor es muy celoso cuando se trata del menor, y la información que posee podría ser el detonante de la bomba de relogería que es el chico cuando se siente amenazado.

-¡Jisungie!- exclama la madre del chico, abriendo los brazos para acoger al chico entre estos. Jisung se deshace delagarre de su novio, estrechando a su madre con fuerza.- Estás más regordete, Seungmin te ha dado bien de comer.

-Vamos señora Han, nuestro Sung está genial.- dice el chico desconocido, al que Jisung se ha referido por Mingyu, con una sonrisa. Carga con dos maletas, una debe ser suya y la otra de la mujer a la que acompaña.- Sería bonito aún que se pusiese como una bolita.

Todos los chicos se sorprenden de lo agradable que resulta la voz del alto a los oídos. Los tres más pequeños no pueden evitar quedarse embobados mirando al chico que parece un modelo. Incluso Chan lo mira unos segundos de más, para luego apartar la mirada avergonzado por su actitud. Es acertado decir que los cuatro podrían babear por el desconocido si no estuviesen en medio de un aeropuerto.

-¿Qué haces tú aquí, Mingyu hyung?- pregunta Jisung sonriente, aún sin soltar a su madre.- ¿No tienes clases?

-¿No te conté lo de mi año sabático?- responde el chico, extrañado.- Creí que te había comentado algo. Vengo a acompañar a tu madre, y puede que me quede unos meses en Corea.

-Algo me habías comentado, pero no sabía que lo fueses a hacer ya.- murmura el de mejillas regordetas, empezando a encajar las piezas del misterio. Su amigo tiene la edad de los dos mayores, por lo que debería estar cursando su último año de carrera, pero él quería conocer el mundo, por lo que ha decidido tomarse un descanso de los estudios durante un tiempo.- Me alegro de que hayas venido, hyung.

-Se te echa de menos por allí.- dice Mingyu encogiéndose de hombros, restándole importancia.- Quería ver a mi enano favorito.

Todos jurarían ver las chispas salir de los ojos de Minho cuando el alto abraza a su novio después de decirle esas palabras. Su molestia es notable cuando Jisung le sonríe al desconocido después de que este le revuelva el pelo de manera cariñosa. Sienten que en cualquier momento podría estallar la bomba de celos llamada Lee Minho.

-¡Pero si son mis otros niños!- exclama la señora Han, rompiendo la tensión que se estaba empezando a formar entre los que observaban el bonito reencuentro de los dos amigos.- ¡Estáis todos enormes! ¡Y Changbin está lleno de tatuajes! ¡Hyunjin es más guapo aún si se puede! ¡Seungmin y Félix iguen igual de adorables, pero ahora están más guapos!

-Mamá, no empieces.- murmura divertido su hijo al ver como su progenitora examina a los chicos con interés, pasando la mirada de unos a otros.- Han pasado cinco años, claro que han crecido.

-¡Pero míralos! ¡Ya no son esos niños que me pedían que les contase historias!- exclama, trayendo a la mente de todos el recuerdo de sus historias sobre dragones buenos y príncipes oscuros.- ¡Si hasta Jeonginie parece un adulto! ¡Por no hablar de Chan y Hanse! ¿Dónde han quedado esos bebés que eran tus amigos?

El grupo de amigos sonríe a la mujer de manera cariñosa, agradados por los cumplidos que esta les regala.

Ella siempre ha sido como un oasis en medio del desierto, una isla afrodisíaca con cualquier tipo de recurso básico para sus náufragos corazones.

~The Perfect Moment~ MinsungWhere stories live. Discover now