Especial Seungmin x Ungjae

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Flashback

Hace un par de días que han ingresado a Félix en el centro de recuperación que esperan que le salvará la vida. Convencer a los padres del chico no ha sido fácil, casi ha sido como una guerra contra sus continuas negaciones y alegaciones que aseguraban que su hijo está en perfectas condiciones. Un proceso lento que ha desgastado mucho a todos los que han participado en él.

Seungmin y Jisung se encuentran tirados en el salón de la casa que comparten. Ambos tienen el estado de ánimo por los suelos y cero ganas de entablar una conversación sobre cualquier chorrada. Un ambiente opresivo los rodea, haciendo que ambos tengan miedo de respirar simplemente por no perturbar la aparente paz del contrario.

Su tranquilidad artificial y de mala calidad se ve interrumpida por el sonido de alguien dando golpes a la puerta principal, recordándoles que tienen el timbre estropeado y que deben llamar para que lo arreglen.

Seungmin simplemente mira a su amigo con una petición muda, ya que es el otro el que se encuentra más cerca de la puerta al estar sentado en la mesa. Este no rechista y es él el que va a abrir.

-Tienes una pinta horrible, cariño.- suspira la conocida voz de Minho. Seungmin ni siquiera se gira para poder ver si el mayor entra o no a la casa, demasiado cómodo en la posición que ha encontrado hace unos minutos después de dar muchas vueltas por el sofá. Sus ganas de ver la felicidad de la dulce pareja son menores que sus ganas de hablar.- Y veo que Seungminie tampoco está mucho mejor.

-Estoy perfectamente.- gruñe el chico desde el sofá con la voz ronca por pasar tanto tiempo callado. Es incapaz de no replicarle al mayor, simplemente por costumbre.- Solo estoy cansado. Algunas personas tenemos algo llamado trabajo.

-Te olvidas de que Minho también trabaja.- ríe otra voz, de alguien con quién no contaba que estuviese también en el lugar.- Algunos de los chicos que entrenan en el gimnasio son unos completos asquerosos. Hay que tener una voluntad de hierro para limpiar aquello.

Se levanta de golpe, casi cayendo del sillón por la brusquedad de su movimiento, para ver como Ungjae le dedica una sonrisa tímida. El chico parece algo incómodo, pero sigue iluminando la estancia con ese brillo único a ojos de Seungmin.

Su corazón golpetea con fuerza en su pecho, como cada vez que lo ve o que un mensaje nuevo suyo ilumina la pantalla de su teléfono. Siente un escalofrío recorrer su espina dorsal cuando sus ojos se encuentran.

No tarda en reprenderse mentalmente por dejar que el chico cause tantas cosas en él a pesar de que prometió centrarse solamente en ayudar a Félix y en conseguir su beca para la escuela de artes. Sin distracciones. Sin que Na Ungjae alborote su vida sin control.

-¿Qué haces tú aquí?- pregunta, quizás, de manera un tanto brusca y algo maleducada por culpa de la sorpresa.- N-No es que no quiera que estés aquí, es solo que no lo esperaba.

-Ungjae estaba preocupado porque no le contestabas a los mensajes desde hace una semana, así que lo he traído para que resolváis el lío que tenéis montado.- explica Minho, que agarra a Jisung por la cintura. Le dedica una sonrisa socarrona al otro, sabiendo que está llevando a Seungmin a un terreno que le da verdadero pavor.- Nosotros nos vamos a la habitación un rato. Cuando hayáis acabado de hablar nos avisáis y podemos ir todos juntos a cenar a algún lado. Dejando de comer los dos no váis a ayudar a que Félix vuelva a hacerlo.

Seungmin observa con impotencia como la pareja se dirige a la habitación sin poder rechistar nada. Por primera vez en todo el día Jisung se ve algo relajado. Puede que Minho incluso llegue a hacer sonreír a su compañero de piso, tarea que él no se ha esforzado en conseguir. Ni para Jisung, ni para él mismo.

~The Perfect Moment~ MinsungWhere stories live. Discover now