Capítulo 03

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Stefan al verme en las condiciones que había llegado (con muletas y mi tobillo vendado) se molestó, pues no creía que fuese tan tonta, o bien, incapaz de sobrevivir en la ciudad al menos por un día sin él a mi lado. Luego de un rato aflojó su actitud y me ayudó a movilizarme hacia los lugares que debía ir o me traía cosas para que mantuviera mi reposo; Tuve que avisarle a mi nueva jefa lo que me había ocurrido y cuando esperaba que me dijera lo peor, me sorprendió lo comprensiva que fue y me dijo que no me despediría, pero que no lo tomara como una licencia, pues no me pagaría esos días. Con eso estaba bien; podía esperar unas semanas más.

Cuando entré a la nueva universidad me encontraba muy nerviosa, pues no sabía si las personas eran como las de mi ciudad o si eran completamente diferentes. Al menos las asignaturas eran parecidas y los estudiantes parecían ser agradables. Mis padres me llamaban a diario para saber cómo me encontraba, aunque por ningún motivo les conté que un tipo había esquinzado mi tobillo en medio de la calle con su auto. Mis hermanos y mis amigas también me llamaban con frecuencia, incluso más de lo que pensé que me llamarían. Eso me agradaba, pues me estaba costando un poco dejarlos atrás.

Había pasado alrededor de una semana y media desde el pequeño percance en medio de la calle y, por el momento, no había recibido llamadas ni mensajes del tipo al volante. Suponía que sería así, pues ¿para qué se comunicaría con su víctima? Claramente mi boca se cerró cuando la mañana del sábado me llegó un mensaje desde su teléfono.

Jared: Hola ¿Cómo estás? Soy Jared, el del otro día...

Camile: Lo sé, te tengo agendado

Camile: Estoy bien, mucho mejor

Jared: Genial

Camile: No me despidieron, así que no te preocupes. No necesitaré que me consigas un trabajo.

Jared: Te lo dije.

Camile: ¿Qué me dijiste?

Jared: Que no encontrarían una chica tan parlanchina como tú en la ciudad.

Camile: ¡Bien por mí entonces!

Jared: Bueno, sólo te hablaba para saber cómo estabas.

Camile: Está bien

Jared: Nos vemos

Camile: Espero que no sea en medio de la calle y con tu auto en mi cadera

Jared: JAJAJA

Jared: Si sigues tomando helado, leyendo un libro y encima llevas más de un bolso, seguirás arriesgándote a que alguien pase por sobre ti.

Al leer el mensaje me reí. Por supuesto que iba demasiado cargada para atravesar una calle tan grande como la que había cruzado, aunque de todas maneras no había sido mi culpa, no debería ser legal andar como yo andaba ese día, pero la emoción de conseguir un empleo nuevo había podido conmigo y debía si o si tomar un helado de frambuesa y comprar ese vestido con nubes.

Camile: Lo tomaré en cuenta, gracias

—¿De qué te ríes? —escuché la voz de Stefan.

Alcé mi vista.

Me encontraba en la cama con la pierna encima de una almohada, él estaba preparando la cena en la cocina y supongo había entrado a la habitación justo cuando estaba riéndome del mensaje de Jared.

—De nada —contesté de pronto —. Me habló el tipo del auto para saber cómo estaba.

—¿Y estaba contando chistes? —me preguntó, alzó sus cejas con desaprobación.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora