Capítulo 17

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Me cubrí con la toalla aún más sintiendo que de pronto estaba demasiado expuesta a Jared y a sus preguntas directas. No sabía si Stefan era mi pieza perfecta, pero por mucho tiempo se había sentido así y ahora sentía que por donde intentaba encajarme a su costado, algo nos separaba o quedábamos incómodos juntos. Me gustaba Stefan, lo quería, de hecho, me encontraba bastante enamorada de él, pero no sabía si la intensidad había ido diversificándose o si sus repentinas actitudes habían terminado con ese intenso y juvenil amor que nos teníamos.

—No lo sé —contesté, pero mi voz se oyó despacio, casi como un susurro. Jared pareció disconforme con mi respuesta porque se quedó mirándome esperando a que continuara hablándole, así que me armé de valor y así lo hice —, creo que también soy joven para decidir si es mi pieza perfecta o si estoy en el lugar correcto.

—Luego de cinco años ¿todavía no lo sientes?

—Pensaba que todo estaba perfecto en mi vida, pero mientras más me quedo en esta ciudad, más me doy cuenta que, en realidad, puede que todo esté al revés.

Él esbozó una pequeña sonrisa, asintió lentamente y habló:

—Siento que me pasa lo mismo.

—¿En esta ciudad?

—No, contigo.

—¿Cómo que conmigo?

Él soltó una risita nerviosa, se acarició el cabello por la nuca y luego se quedó fijamente mirando mi vestido en la secadora mientras daba vueltas y vueltas.

—He estado demasiado tiempo ocupado en encajar en una vida que me cuesta llevar —explicó —. He debido ser serio, tomar decisiones correctas, financiar mis cosas, buscar un futuro que me convenga y encontrar a la chica perfecta para terminar mi vida en una casa de campo de ocho mil quinientas hectáreas y caballos, qué se yo, pero en realidad no soy tan serio ¿sabes? Me gusta lo que hago, pero también me gustaría un día detenerme a tomar un puto café sentado en la playa y por la noche hacer música hasta que tenga los ojos rojos de tanto leer y releer.

—¿Y qué tengo que ver yo con todo eso? —reí.

—Cuando te conocí sentí que algo me ocurrió y todavía no sé qué es ¿sabes? Eres joven, audaz, soñadora y segura de ti misma. Siento que por un momento tomando cafés juntos en C&B me bastaba, no necesitaba tantos lujos para ser feliz, ni tampoco hacer reír a media docena de millonarios sentados en una oficina tomando decisiones abrumadoras —confesó con una sonrisa nerviosa en el rostro.

—¿Por qué siento que Emma no consigue darte esa tranquilidad que necesitas? —pregunté de pronto, la secadora se detuvo y emitió un sonido. Jared de inmediato se puso de pie, la apagó y sacó el vestido.

Me lo pasó y yo de inmediato comencé a ponérmelo. Pensaba que mi pregunta había quedado suspendida en el aire y no me la respondería, pero cuando estaba subiéndome el cierre del vestido, me quedé a mitad e intenté ayudarme con el otro brazo, pero no alcanzaba. Él sonrió mirándome, caminó lentamente hasta quedar detrás de mí y subió cuidadosamente el cierre mientras comenzaba a hablar.

—Pues porque no me la da —contestó sin más, pestañeé incrédula sin creer lo que había dicho —. Ella quiere que yo sea un gran empresario, como mi padre o el suyo. Quiere que me haga cargo de la empresa Brackley y prefiere que me quede sacando cuentas que creando canciones —comentó con una falsa sonrisa —, supongo que simplemente piensa en mi futuro.

Volteé a mirarlo cuando terminó de subir el cierre de mi vestido, estábamos cerca, mirándonos a los ojos y yo le sonreí de inmediato. Él me observó con confusión y luego hablé:

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora