Camile Rooney
Jared me llevó a casa, pero tampoco hablamos de lo que haríamos con nuestras vidas. Él había sido enfático al decirme que no quería que escogiera entre Stefan y él, pero tampoco me dijo si iba a irse de mi vida o quedarse hasta que fuéramos dinamita y destruyéramos todo. Yo tampoco fui clara, no le dije que quería quedarme con él ni tampoco le pedí que dejara a su novia, así que prácticamente habíamos quedado en el mismo lugar del comienzo: siendo unos extraños amigos con riesgo a enamorarse profundamente.
Le pedí a Jared que me dejara afuera del edificio, pero él insistió en dejarme en la puerta del departamento. Tal vez temía que mi cobardía fuese más grande que yo y nuevamente no pudiera enfrentarme a Stefan.
Toqué el timbre porque no había llevado llaves, ya eran cerca de las tres de la madrugada y no se oía música ni tampoco voces, de seguro todos se habían ido a sus casas.
El que abrió la puerta fue Dylan, apenas me observó a los ojos me abrazó con fuerza como si hubiese estado por semanas perdida, luego se alejó de mí y observó a Jared.
—Gracias —le dijo mi hermano y Jared sólo se limitó a sonreír sin tanta preocupación en el rostro.
—Bueno, yo ya me voy —comentó Jared, se despidió de Dylan estrechando su mano y luego me dio un beso en la mejilla. Nos dejó a ambos frente a frente y caminó hasta el ascensor.
Seguía nerviosa, expuesta y con la sensación de querer correr, sin embargo, me abrí paso en el departamento percatándome de que Harriet se encontraba sentada en el sofá junto a Stefan. Los observé a ambos con culpa en los ojos, todo seguía sumamente decorado y los regalos descansaban encima de la mesa.
—¿Te encuentras bien? —me preguntó Harriet.
—Si.
—Llamaré a un taxi para irme a casa —se puso de pie, se acercó lentamente a mí y se quedó de pie justo a mi lado —Luego conversaremos ¿sí?
—Envíame un mensaje cuando llegues a casa.
Ella asintió, apoyó su mano en mi hombro y me besó la cara.
—Recuerda avisarle a Alex y Samantha que estás bien.
—Lo haré.
—Vamos, te dejo abajo —oímos la voz de Dylan que iba dirigida directamente a Harriet. Ambos se quedaron mirando, Dylan tomó unas llaves y juntos salieron del departamento.
Me abracé a mí misma cuando quedé a solas con Stefan. Él tenía su mirada puesta en la alfombra, se veía decepcionado y un poco molesto. No sabía cómo empezar a hablar. Sentía que, si emitía alguna palabra, iba a largarme a llorar y yo no quería eso.
—Vete a la cama, Camile —lo oí.
Tragué duro.
—Necesitamos conversar.
Él alzó la vista, se quedó mirándome fijamente con esos ojos oscuros que tenía y lentamente se puso de pie.
—Ya entendí que no quieres comprometerte conmigo ¿qué más podemos conversar? —caminó hacia mí, luego dobló hacia el pasillo y se metió a nuestra habitación.
Rápidamente lo seguí, abrí la puerta, me metí en la habitación y cerré.
—¿No recuerdas cuando te dije que no me gustaban esas propuestas frente a muchas personas? —pregunté en un hilo de voz, al borde del llanto.
Él me observó directamente a los ojos, frunció el ceño y se encogió de hombros.
—¿Cuándo me dijiste eso?
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El destino que no soñé
RomanceFinalista de The Wattys 2021. Camile está segura de que no puede ser más feliz de lo que es ahora. Camile tiene un novio que la ama, una familia que la apoya en sus decisiones y muchísimos sueños por cumplir. ¿Qué sucede cuando su novio llega con d...