Capítulo 49

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Camile fijó su mirada en la mía para saber cómo reaccionaba, pero no tuve una expresión demasiado clara. Sólo me quedé a la espera de lo que iba a decir Samantha, pese a que no me gustara. Necesitaba ser fuerte, sobre todo con todo lo que estaba ocurriendo.

—Creo que ese bebé no es tuyo, Jared... —comentó y a mí se me apretó el estómago. Fijé mi mirada en la de ella, fruncí el ceño confundido, casi como si me estuviese jugando una broma.

—¿Qué dices?

—Que Emma te mintió todo este tiempo —dijo rápidamente.

Camile se encontraba completamente en silencio, sólo siendo espectadora de la escena.

—¿Por qué? ¿Dices que...

—Nate estuvo con ella semanas antes de que supiera que estaba embarazada —confesó y algo se rompió dentro de mi cerebro.

—Me estas jodiendo...

—Nate me lo contó hace poco, le dije enseguida que te lo dijera, pero no se atrevía. Hace un par de horas me dijo que estaba esperando que le respondieras unos mensajes...

—¿Y por qué no ha venido contigo? —pregunté con cierta molestia en el cuerpo —Puto cobarde —escupí.

—Él está muy afectado con todo esto, Jared —lo defendió —Sobre todo porque está muy enamorado de Emma y ella niega completamente haberse acostado con él.

—No puedo creerlo —resoplé.

De pronto, me estaba sintiendo como un imbécil ¿Cómo me había engañado tan fácilmente? ¿Cómo había sido capaz de decirme que ese hijo era mío cuando en realidad sabía que había estado con mi mejor amigo? ¿Cómo es que mi mejor amigo no había podido liberarme de ese dolor diciéndome toda la verdad? Comenzó a dolerme la cabeza, me sentí algo mareado y tuve que afirmarme del respaldo del sofá para mantener el equilibrio. Sentí que debía aclarar las cosas de inmediato, de ir a enfrentar a Nate y a Emma. Ella no podía jugar con algo como eso, menos cuando su familia y mi padre se habían ilusionado con esa idea. La verdad era que yo todavía no me había podido acostumbrar a la idea de que iba a tener un hijo o una hija, pero iba a hacerme cargo e iba a entregarle todo mi amor incondicional a esa criatura ¿Qué esperaba? ¿Jamás decirme la verdad? ¿o que yo estuviese completamente enamorado de mi hijo o hija para lanzarme en la cara que yo no era el padre de ese bebé?

Vi a Camile ponerse de pie y luego regresar con un vaso con agua, bebí un poco y ella se quedó a mi lado asegurándose de que estaba bien.

—Necesito hablar con ambos —comenté.

—Primero debes tranquilizarte —oí la voz de Camile.

—No puedo —la observé a los ojos y el nudo se posó en mi garganta —¿Cómo puede hacerme pasar por un idiota así? ¿Acaso no sabe por toda la mierda que estoy pasando para que venga y haga una cosa como esta?

—Creo que Camile tiene razón —intervino Samantha —, puedo prepararte un té de hierbas, en serio, luego podrás hablar con Nate y Emma.

—Necesito que sea ahora, mientras más rápido salga de esta mierda, mejor.

Londres había escogido la peor bienvenida.

—De acuerdo —oí la voz calmosa de Camile —, pero iremos contigo.

Negué rápidamente con mi cabeza.

—Puede ponerse peor...

—No importa, no te dejaré solo en esto Jared.

Camile parecía la única persona consciente de todo lo que me pasaba, de todo el dolor que tenía en el cuerpo y que intentaba retener a toda costa por no quebrarme y terminar en un bar de mala muerte borracho y sin motivos para levantarme. Sin ella probablemente ya hubiese preferido lanzarme del Golden Gate.

El destino que no soñéNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ