Capítulo 44

7K 862 267
                                    

—No sé en donde te quedaste —comenté con tranquilidad. Terminé de colocarme mi pijama, luego entré al baño que había en la habitación de Isak y con la puerta abierta comencé a cepillarme los dientes.

—No en mucho, la verdad —continuó él desde el sofá.

Terminé de cepillarme los dientes, cerré la puerta para orinar y cuando salí noté que Isak seguía con sus ojos puestos en el móvil y Dylan observaba el techo. Me tendí en la cama improvisada que habían armado en el colchón del suelo y me cubrí con las sabanas y frazadas, la verdad es que estaba bastante cómoda para mi gusto. Podría sobrevivir ahí todo el viaje. Tomé mi móvil por un momento pensando en que Dylan iba a olvidar de lo que estábamos conversando, pero continuó:

—Antes de venirme supe que entre Camile y tu había algo más que sólo una amistad —comentó él. Isak sacó los ojos de su móvil y se quedó fijamente mirando a su hermano.

—De acuerdo... —fue lo único que pude decir ante su comentario.

—Pero también sé que tú te ibas a casar con Emma ¿no?

—A ver, si van a conversar acerca de esto necesito que me pongan al día ¿no? —Intervino Isak bloqueando su móvil y dejándolo a su costado.

—Pues nada... —dije —Iba a casarme, sí, pero no pude hacerlo.

—Contextualización, por favor —pidió Isak mirándonos intercaladamente.

—¿Cómo que no pudiste hacerlo?

—El día del matrimonio decidí salir corriendo como un puto cobarde —conté y ambos me observaron como si me hubiese vuelto loco —. Y me fui a donde Camile.

—¡Ya contextualícenme! —exigió Isak —Sé que no eres el amigo de Camile porque no te hubiese traído, así como así, pero necesito una explicación luego de haber visto por cinco años consecutivos al idiota de Stefan en casa.

Dylan se echó a reír y yo tampoco me quedé atrás.

—Jared y Camile se conocieron unos días después de que ella llegó a Londres, se gustaron, se encontraban en todas partes y ya. No pudieron evitar enamorarse.

—¿Pero tenías novia?

—Si —contesté —, hace tres años.

—Válgame Dios —exageró Isak, me reí un poco —¿Permiso para golpear a Camile en la cabeza mañana?

—Permiso denegado —contestó Dylan.

—Lo cierto es que Camile llegó cambiando todo en mi vida, hizo que me descubriera a mí mismo, las cosas que quería hacer de verdad y terminé enamorándome de ella —confesé —, me costó un poco ordenar las cosas de mi vida para poder estar a su lado y creo, en realidad, que no las ordené. Mi matrimonio fue ayer y sólo tomé un avión con Camile y Harriet para escapar de todas esas voces avasalladoras que me juzgarían.

—¿Y Stefan?

—Camile arregló sus cosas con él, al parecer le dijo la verdad acerca de nosotros, pero no hubo gran problema con él.

—A pesar de ser un idiota, no se obsesionó.

—Y bueno ¿qué haces, Jared? ¿Al menos tienes trabajo estable y no cocinas fideos todos los días? —me preguntó Isak.

Él me observaba con algo de desconfianza en el rostro, analizándome de pies a cabeza mientras Dylan sólo observaba a su hermano menor con una pizca de gracia en sus ojos.

—Búscalo en internet —comentó Dylan. Isak frunció el ceño sin entender, tomó lentamente su móvil y yo arrugué la nariz.

—No me buscaría en internet, te saldrán cosas que no querrás saber acerca de mi vida.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora