Capítulo 32

7.4K 904 443
                                    


—Me peleé con Stefan.

—¿Stefan Phillips? —frunció el ceño y luego lentamente su rostro cambió —¿Se ha enterado de lo que has hecho con Camile?

—Sí, pero no sólo de eso papá.

Pasé de él y me senté justo frente a su escritorio. Él me siguió y se sentó frente a mí con una expresión completamente seria.

—¿Qué ocurre, Jared?

—Me enamoré de Camile, esto es lo que ocurre —solté y él abrió sus ojos de par en par, iba a comenzar a regañarme o algo por el estilo, pero tenía la verdad atrapándome el cuello y si no le decía todo lo que sentía iba a explotar —Y estoy ahogado con esta maldita mentira, no quiero estar con Emma, no quería ser papá y ahora no sé qué demonios hacer porque todo el puto mundo espera algo de mí, todo el puto mundo se esmera en hacerme sentir completamente culpable porque me enamoré de otra mujer.

—Jared.

—¡No quiero depender de todo lo que me rodea para ser malditamente feliz! —alcé la voz y él se quedó mirándome con sorpresa —Quiero que me importe una mierda todo ¿sabes? Pero no puedo, pues están ustedes ahí esperando demasiado de mí y, tal vez, yo no soy ese puto hijo perfecto que quieren.

Concluí con eso y sentía que mi corazón estaba palpitando fuertemente además de tener las manos empuñadas.

Él se tomó unos segundos para pensar en lo que iba a decirme, respiró profundo y luego desvió la mirada hacia su escritorio.

—¿Por qué esperaste tanto tiempo para escoger? —preguntó.

—Porque no quería decepcionar a nadie —bajé la voz.

—Yo nunca he querido a un hijo perfecto —dijo y yo alcé la vista para chocar con la de él —, estoy muy orgulloso de todo lo que has logrado, Jared. No quiero que sientas esa presión sobre tus hombros.

—¿Sabes cuántas veces tuve que tragarme todo esto? No tenía a nadie que me entendiera, ni que me escuchara.

—¿Por qué no viniste aquí?

—No lo sé —bajé la mirada.

—Nunca te he obligado a hacer algo que no quieres, Jared. Y eso lo sabes muy bien.

—No es necesario obligar a una persona para que se sienta presionada. Tal vez sólo necesité un poco de calma, no estar tomando todas las decisiones porque a los demás los hacía sentir felices.

—O tal vez sólo te faltó ponerte los pantalones y tener las agallas de mandar todo a la mierda ¿no?

Asentí levemente dándole la razón.

—¿Se lo has dicho a Emma? —me preguntó.

—Iba a decírselo, pero me contó lo de su embarazo y luego quiso volver a comprometerse. Intenté mantener la calma y la compostura, pero hoy cuando me peleé con Stefan, ella nos separó y me dijo que ya sabía toda la verdad acerca de Camile y yo.

—¿Qué? —frunció el ceño.

—Lo sabía y sólo me perdonó sin habérselo pedido.

—¿Por qué haría una cosa como esa?

—Quiere que me quede con ella, papá. Me acaba de decir que si la dejo ella es capaz de arruinar toda mi vida.

—Emma no sería capaz de hacer algo así, Jared —aseguró.

—Demonios, no lo sé —masajeé mi sien con desespero.

—Mantén la calma ¿de acuerdo? —habló con cierta tranquilidad en su voz —Al menos ella sabe toda la verdad, creo que ahora debes mantenerte alejado de ambas por un momento. De Camile porque supongo que debe estar muy confundida y de Emma porque probablemente todavía no asume que no quieres estar con ella.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora