Capítulo 10

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Camile Rooney

Me sentía tan mal por el efímero momento que tuve con Jared en la fiesta que ni siquiera fui capaz de sacarle en cara a Stefan que se avergonzaba de mí.

Llegué temprano a la empresa Brackley esa mañana, vestía formal y lista para comenzar a absorber todo lo que me pudieran enseñar. Una mujer me saludó con entusiasmo y me llevó hasta la oficina en que trabajaríamos, me mostró lo que hacían y me informó que esa mañana había una reunión en la que probablemente me integraría, pero sólo como una oyente. Por supuesto que acepté.

A las 9AM en punto la reunión comenzó. Yo estaba sentada a un costado de la misma mujer amable que me había recibido, luego entraron unas personas más que en mi vida había visto, luego vi a Cedric Brackley entrar junto a Jared y a Emma; nos saludamos y la reunión rápidamente comenzó con Cedric ahí.

La mujer que parecía ser la jefa del departamento de prensa comenzó a dar una presentación de los medios de comunicación que le servían a la empresa, los presupuestos y también las oportunidades de marketing que estaba teniendo la empresa ¿Qué hacía Emma ahí? No lo sé, pero su presencia me molestaba.

—¿Qué opinan? —finalizó la mujer.

—Todo está muy bien, Paulette —sonrió Cedric. —Aunque me gustaría comenzar a descartar a algunos canales.

La conversación se enfocó en Paulette y Cedric. A ratos intervenía Jared hablando de presupuestos que podían ocupar, y también Emma dando opiniones banales de diseño. Al parecer estaba reemplazando a la madre de Jared, pero no le hacía justicia.

—¿Qué opinas Camile? —me preguntó Cedric. —¿Crees que estaría bien realizar un desfile de modas como ha dicho Emma para atraer diverso público?

Fruncí el ceño. Ni siquiera había oído esa idea salir de la boca de Emma, sólo estaba preocupada de la presentación de Paulette.

—No —contesté abruptamente, luego aclaré mi garganta. No quise hacer contacto visual con Emma ni con Jared, sólo miré a Cedric —. Es una empresa de automóviles, no de modas... No creo que un desfile ayude a aumentar las ventas, creo que es innecesario ese gasto de dinero —solté —, sería mejor lo que dice Paulette. Juntar diferentes marcas deportivas de automóviles y realizar carreras promocionales, invertir en eso...

—Creo que tienes razón —sonrió Cedric.

—Pediré que traigan café, se alargará un poco la reunión —dijo Jared, todos le dieron el favor, y cuando se puso de pie, la voz de Emma lo detuvo.

—Pero Camile sabe muchísimo de café ¿no? ¡Ella debería traernos! —alzó la voz y yo sentí mis mejillas ruborizarse.

Jared se volteó a mirarla, luego me observó a los ojos y regresó a la mirada de su novia.

—Lástima que no contratamos a Camile para servir café —expresó Jared —, y yo estoy siendo amable —le sonrió —vengo enseguida, continúen en lo suyo.

La mirada ofuscada de Emma se quedó suspendida en el aire, luego casi como una niña se cruzó de brazos y continuó con la conversación.

No hubo más encuentros con la familia Brackley luego de la reunión. No encontré a Jared ni tampoco a Emma, menos a Cedric. Sólo me dediqué a seguir a Paulette por todo el lugar aprendiendo las cosas que debía hacer durante los dos días que trabajaba ahí. Me gustaba el trabajo, pero si debía soportar a Emma todos los días que estuviese ahí, no creía que durase demasiado.

Cuando llegué a casa por la tarde, Stefan aún no estaba ahí, saqué la lista del baúl y la miré en silencio. A pesar de que había sido una fiesta extraña en el club nocturno, lo había pasado bien, así que le hice un ticket al punto cinco.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora