Capítulo 09

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Por la tarde Stefan llegó al departamento, me saludó con normalidad y entró a la cocina para prepararse algo de comida, rápidamente lo vi salir de ahí y me percaté que la lasaña que le había traído Jared seguía en el microondas.

—¿Fuiste a comprar o pediste por teléfono? —me preguntó con una leve sonrisa en el rostro.

Tragué saliva. Odiaba mentir, pero su pequeña sonrisa me hacía pensar que se le iba a quitar la molestia y no podía cagarla nuevamente.

—Pedí por teléfono —contesté.

Él asintió y regresó a la cocina.

Rápidamente guardé las fotografías esparramadas por la mesa y también mi lista, caminé a la habitación y las metí a un baúl que tenía con candado. Disimulé los nervios a flor de piel y luego regresé al comedor para acompañar a Stefan.

—Lamento estar tan de mal humor —me dijo cuándo se sentó frente a mí.

—No hay problema, Stefan.

—¿Qué tal tu día? —comenzó a preguntarme con una expresión serena.

—Todo normal —dije —. Llamó Jared —informé y él mantuvo su expresión neutra —, quería venir para ofrecerte una disculpa por la otra noche.

Él alzó sus cejas algo sorprendido, pero continuaba su expresión neutra y sin ninguna gracia.

—Genial —dijo sin más, luego continuó comiendo la lasaña —¿qué más?

—Y también me llamó Cedric Brackley para comentarme que estoy contratada.

No sé si definir su expresión como alegre, pero al menos me regaló una sonrisa que reconfortó mi corazón.

—¿Y estás feliz con eso? —fue lo único que salió de su boca.

—Si. Creo que es una gran oportunidad —dije y él asintió lentamente.

—¿Y la cafetería?

—Podré seguir ahí por las tardes. Lo de la empresa Brackley sólo son dos días.

—Creo que estás abarcando mucho, Camile ¿No crees? —dejó el tenedor en la mesa y me observó a los ojos —, la universidad, la cafetería y ahora un nuevo trabajo en la empresa Brackley ¿no crees que es demasiado?

—Tal vez —me encogí de hombros —, pero me siento capaz de hacerlo. Además, me sirve para aprender.

Él se mantuvo en silencio por un rato y luego comenzó a hablar de algunos casos que tenía en la universidad. También me contó cosas acerca del trabajo y que, al parecer, lo iban a ascender de puesto. Stefan terminó de comer, lavó la loza que había ocupado y luego se dio una ducha.

No sabía si quería decirle que Jared nos había invitado a una fiesta el fin de semana, pero yo tenía suficientes ganas de ir como para atreverme a hablar acerca de ello. Así que cuando nos fuimos a la cama, comencé:

—Jared también dijo que nos dejaba invitados a una fiesta el fin de semana —comenté, Stefan me observó con confusión y luego aflojó su mirada —, tal vez está remediando su error de la otra noche —mentí.

Sabía que Jared solo me había invitado para cumplir mi lista.

—¿Y dónde?

—No lo sé, sólo dijo que un amigo daría una fiesta. De seguro es un club nocturno de esos carísimos —sonreí restándole importancia —, si quieres no vayamos.

—No, si iremos —dijo de pronto y yo tragué saliva con nerviosismo.

—¿En serio?

—Si —contestó con seguridad —, lo llamaré mañana para preguntarle en donde es. Será divertido ¿no crees? Hace bastante que no vamos a una fiesta.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora