Café para dos ◆ Kookmin ; 국민

"Café para dos": Prólogo.

Jeon Jungkook camina por la avenida principal como todos los días hacia su universidad. Iba escuchando a The Rolling Stones a todo volumen a través de los auriculares, tarareando como si el resto del mundo no importara y vaya que tenía una hermosa voz, como la de un ángel. Por comentarios como el anterior el ego de Jungkook estaba por los cielos, para él la gente estaba a sus pies y le encantaba impresionarlas, desde gente mayor hasta los bebes. Era un adicto a los aplausos, los elogios y a los aduladores.

El sol estaba resplandeciente, las calles no estaban atiborradas de gente, tan solo unas cuantas que estaban apuradas por entrar a sus trabajos.

Siguió su paso alegremente, sin tener idea de lo que estaba a punto de ver. Recientemente se había abierto un café justo por donde el caminaba, se veía que era un sitio tranquilo y para sorpresa de Jungkook ya estaba algo lleno como para haber sido inaugurado hace poco. El castaño reviso su teléfono, aún le quedaban unos veinte minutos para una taza del líquido amargo. Tiro la puerta y se fue a sentar a la barra para pedir su orden al mesero, el aroma a café inundo sus pulmones relajándolo por completo, el ambiente era muy agradable y todo mundo se veía muy ameno ahí. Comenzó a observar su entorno de forma detallada, el lugar era completamente acogedor, con sillones y hasta libros para entretenerse, lo que le pareció una estupenda idea. Siguió observando la estructura de la cafetería hasta que se percató de su presencia.

Ojos cafés casi negros, tez medianamente bronceada que brillaba con el rayo de luz que entraba por la ventana, cabello anaranjado, claramente teñido pero que aun así se veía saludable y sedoso, unos mechones que caían sin cuidado por su frente complementado con unos labios gruesos de tono rosa. Tenía un libro en sus manos y estaba totalmente concentrado en él.

Jungkook nunca había visto una persona más hermosa que él, quedo literalmente con la boca abierta sintiendo la urgencia de saber su nombre. Estuvo un rato en silencio observando al chico hasta que se decidió. Jungkook era un fanático del destino, como la mayoría de las decisiones en su vida, por no decir todas, lanzaría una moneda. Cara: le hablaría. Y sello: pediría su café y se marcharía. Si su destino era conocer a aquel encantador joven la suerte estaría de su lado. Con agilidad envidiable la moneda voló por los aires hasta caer en su palma otra vez.

¿Qué quieren que les diga?, Jungkook tenía mucha suerte.

Se levantó de la barra a paso decidido. Con esta palabra empieza la historia:

– Hola...

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¡Hola!, nueva fanfic de Jikook, espero que les guste y le den una oportunidad ya que esta recien empezando. Las actualizaciones serán seguidas ya que este es un proyecto en el que he estado trabajando hace mucho pero aún no me animaba a publicar.

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