14

946 65 0
                                    

NARRA PERRIE

Al sentir unos fuertes rayos de sol impactar contra mi rostro, me removí un poco incómoda en la cama y fue entonces cuando sentí un cálido cuerpo a mi lado. Casi de inmediato recordé lo que había ocurrido la noche anterior y mi corazón comenzó a latir con fuerza.

La morena estaba abrazando mi cintura con fuerza y su rostro se encontraba oculto en el hueco de mi cuello. La acurruqué aún más a mi cuerpo, sintiendo una extraña felicidad en mi pecho. Estuve así varios minutos, simplemente escuchando nuestras respiraciones calmadas y disfrutando del contacto, hasta que sentí mi estómago rugir. Estaba hambrienta y por eso decidí levantarme. Lo hice cuidadosamente para no despertar a Jade.

Cuando ya estuve en la cocina noté que no había nada más que unas bolsitas de café instantáneo, por lo que no me quedó de otra que prepararlo. Supuse que luego saldríamos a desayunar algo decente.

Estaba esperando a que el agua hirviera, completamente perdida en mis pensamientos, cuando siento una voz ronca a mis espaldas.

- ¿Qué haces despierta tan temprano? - preguntó Jade provocando que me sobresaltara. Voltee a verla con una de mis manos en el pecho, debido al susto que me había dado.

- No vuelvas a hacer eso - le advertí fingiendo estar recuperando el aire. Sonreí un poco al verla poner los ojos en blanco.

- Dios, eres tan exagerada a veces - bufó. 

Le saqué la lengua, justo como una niña pequeña, y luego me voltee para seguir preparando el jodido café. Cuando estuvo listo, lo serví en dos tazas que hallé en un mueble y me acerqué a mi acompañante que se encontraba sentada en un taburete frente al mesón de esa pequeña cocina. 

- Sé que odias beber café, pero es lo único que hay - dije antes de acercarle una taza - Además, estoy segura de que este te va a gustar. Lo preparé yo - le sonreí con arrogancia haciéndola reír.

- ¿Cómo estás tan segura? - preguntó mientras tomaba la taza entre sus manos para acercarla a su rostro. La observé cerrar sus ojos mientras olfateaba la humeante taza de café - Bueno, esto huele delicioso.

- Lo sé - respondí con orgullo mientras bebía un sorbo. 

Finalmente tomó el valor de probar el contenido de esa taza y una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.

- ¿Delicioso, verdad? - pregunté sin dejar de parecer arrogante. 

- No está horrible - fue su respuesta. 

- Oh vamos, admite que es el mejor café que haz probado en tu vida - dije mientras me acercaba a ella para picar su abdomen. Comenzó a reír con fuerza mientras rogaba que la dejara en paz, algo que definitivamente no hice hasta que admitió que le encantó mi café - Bien dicho.

Recién en ese momento noté lo cerca que estaban nuestros rostros. Las pequeñas sonrisas que teníamos se fueron borrando de a poco, al igual que nuestros labios quedaban cada vez más cerca. 

Ella me miró fijamente a los ojos, pidiendo permiso para hacer lo que estaba a punto de suceder. Mi respuesta fue dar el primer paso y terminar con la escasa distancia que había entre nosotras. Comencé un beso suave, sin intenciones de apresurar ese momento. Solo deseaba que jamás acabara porque se sentía tan bien; la explosión de fuegos artificiales en la boca de mi estómago, el incesante cosquilleo en todo mi cuerpo, incluso mis manos picaban por la necesidad de tocar su piel.

Lamentablemente el beso no duró lo suficiente debido a la falta de aire. Apoyé mi cabeza en su hombro, depositando varios besos diminutos en él, y luego me alejé para verla.

La morena seguía con sus ojos cerrados y una pequeña sonrisa en sus labios. 

Entonces un montón de preguntas empezaron a atormentarme. 

¿Qué se supone que somos ahora? ¿Amigas con derecho o algo por el estilo? ¿Qué siente ella por mí? ¿Esto será solo un juego para ella o realmente le gusto? ¿Estará experimentando? 

Eran demasiadas preguntas y me estaba desesperando al no obtener ni una respuesta.

- ¿En que piensas? - su suave voz me hizo volver bruscamente a la realidad. Me incorporé mejor en mi lugar tomando una respiración profunda antes de hablar.

- Estoy confundida, Jade - dije sin apartar mi vista de sus ojos.

- ¿Acaso te arrepientes de esto? - preguntó con preocupación. Creo que no me expresé de la mejor forma pues se veía aterrada.

- No, no - me retracté rápidamente - Dios, claro que no me arrepiento - la observé suspirar, casi con alivio - Es solo que tengo muchas preguntas en este momento.

Ambas nos quedamos en silencio, sin saber qué decir exactamente. Por un momento me arrepentí de haber arruinado la cómoda atmosfera que se había formado luego de besarnos, pero era consciente de que lo mejor sería resolver todas mis dudas para evitar confusiones.

- Está bien - murmuró luego de unos largos minutos que me parecieron horas - Responderé cada una de tus preguntas, pero solo si me dejas hablar antes.

La miré fijamente unos segundos, sin saber a donde se dirigía toda esa situación. A pesar de la enorme inseguridad que se había creado en mi interior, la dejé continuar.

 - Bien - murmuré sentándome en el taburete junto a ella.

- Aquí vamos - susurró más para ella misma que para mí - ¿Recuerdas que hace un tiempo te confesé que me gustaba alguien? ¿y que ese alguien era una chica? - asentí con mi cabeza en respuesta - Bueno, resulta que esa chica eres tú - murmuró mirando fijamente el mármol del mesón. Debo admitir que me sorprendió mucho escuchar esa confesión de su parte, más que nada porque yo también sentía cosas por ella y ninguna se atrevió a decirlo - Por eso no podía decírtelo. No quería que te enteraras pues estaba convencida de que tú solo me veías como una amiga... aunque ahora no estoy muy segura de eso - sonrió con incredulidad y al fin tomó el valor para mirarme - Como sea, enserio me gustas Perrie.

Mi respiración se detuvo por un momento al escuchar esas palabras salir de sus labios. Era una situación surrealista y tuve que contenerme de pellizcar mi hombro para comprobar que no estaba soñando. 

- Cuando te conocí... - continuó hablando sin darme la oportunidad de responder - me sentí atraída hacia tu personalidad; eras tan alegre y amable que me parecía algo irreal - soltó una pequeña risa - Y mientras más te conocía, más cosas me atraían de ti... No sabes lo aterrada que estaba de sentir estas cosas, pues era algo desconocido para mí, pero finalmente entendí que me estaba empezando a enamorar... de una chica. 

- Jade... - murmuré casi sin voz. Sentía demasiadas cosas en ese momento, lo que empezaba a abrumarme, pero tuve las fuerzas suficientes para tomar su rostro entre mis manos y depositar un tierno beso en sus labios. 

Ella me miró con sus ojos brillantes y volvió a besarme, pero esta vez por mucho más tiempo.

- Te amo - susurré a penas separamos nuestros labios.

- Te amo mucho más - respondió con una sonrisa.





Love me baby, pleaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora