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dos semanas después...

NARRA PERRIE

El tiempo había pasado muy rápido, tal vez demasiado rápido para mi gusto. Lo pensé, lo pensé mucho en realidad, y llegué a la conclusión de que lo correcto era tener una conversación civilizada con Jade. Debía ser completamente honesta con ella y explicarle todo lo que estaba sintiendo. Debía aclararle que la amaba demasiado, pero no por eso la iba a obligar a estar conmigo. Tenía que dejarle en claro que si al final de todo decidía perdonarme y empezar de cero, habrían consecuencias. Ella debía saber que no sería fácil, pero que yo creía que podríamos pasar los obstáculos. Después de todo, ninguna relación es sencilla.

Dios, tenía que decirle tantas cosas. Pero nada de eso fue posible...

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Era la segunda vez que presionaba ese botón y aún no sucedía nada. Los nervios estaban invadiendo cada célula de mi ser, por lo que no me estaba sintiendo muy bien. Mi estómago dolía, mis manos temblaban y sentía un punzante dolor en mi nuca. 

Acomodé mejor la bufanda alrededor de mi cuello esperando sentir un poco más de calidez en el rostro. La verdad era una mañana muy fría, pero eso no me detuvo cuando decidí presentarme nuevamente en la casa de los Thirlwall.

Volví a presionar el timbre junto a la puerta rogando porque alguien abriera pues me estaba congelando allí afuera.

Para mi buena suerte, unos segundos después escuché unos pasos acercándose. Suspire entre nerviosa y aliviada.

- Buen día, Perrie - me saludó James con una brillante sonrisa. A pesar de eso pude distinguir que estaba cansado y probablemente acababa de despertar.

- Hola James, perdona la hora - me disculpé un tanto avergonzada. Él probablemente pensaba que estaba desesperada, y de cierta forma tendría razón - Solo vine a averiguar si Jade ya llegó de Miami - expliqué.

Sus ojos se abrieron con sorpresa luego de oír mis palabras. Ladeé mi cabeza, mirándolo confundida.

- ¿Qué ocurre? - pregunté sintiendo algo extraño en el pecho. No supe reconocer qué era en ese momento, pero ahora sé que se trataba de un mal presentimiento.

- ¿Ella no te lo dijo? - preguntó sin dejar de mirarme incrédulo y sorprendido.

Carraspeé mi garganta un poco incómoda al notar que Jade no le había contado lo ocurrido entre nosotras. No quería que se enterara por mí, así que simplemente negué con mi cabeza.

- No hemos hablando mucho últimamente - murmuré luego. Técnicamente no estaba mintiendo.

- Ya veo - susurró sin quitar su expresión de asombro. Lo miré suplicante pues quería saber lo que estaba ocurriendo. Él carraspeó su garganta antes de hablar - Jade... Uhm, ella aún no vuelve. Decidió quedarse más tiempo - dijo mientras se rascaba la nuca.

- ¿Cuánto tiempo más? - pregunté sintiendo como esa sensación en mi pecho iba creciendo.

- Perrie... - murmuró mirando el suelo - Ella decidió estudiar una carrera universitaria... en Miami.

Y entonces la sensación extraña en mi pecho hizo explosión.

No tengo muy claro lo que ocurrió luego de eso, pues lo único que podía oír y pensar eran las palabras de James. En ese momento sentí que de alguna forma salí de mi cuerpo y me perdí en alguna parte.

Enterarme de eso fue sorprendente y abrumador, pues solo significó una cosa para mí: Definitivamente la había perdido.

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Luego de recibir la noticia decidí enfocarme en otros aspectos de mi vida solo para mantener mi mente ocupada. No quería pensar en esa situación en particular porque me ponía de mal humor y estaba cansada de sentirme así. 

Los últimos meses habían sido tan negativos y estaba harta de sentir cosas malas. Quería que las cosas cambiaran para empezar a sentir felicidad y paz.

Por eso estuve el resto del verano decidiendo a qué universidad iría y qué carrera quería estudiar. Eso me mantuvo muy ocupada; aunque también fue una situación estresante era mejor que pensar constantemente en cierta morena de risos castaños.

Fin



Love me baby, pleaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora