Capítulo 15. La Nigromancia.

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"Mis sentimientos estallaron como un furioso volcán, regresé de la muerte para quemar la memoria de los viles traidores."

El cementerio era un lugar ampliamente poblado de tumbas antiguas, lleno de neblina y cruces invertidas que sobresalían de los panteones de cadáveres sepultados. El frío era fastidioso y gélido, misteriosamente, el cementerio parecía no pertenecer en su totalidad al interior de las catacumbas, se observaba el cielo nublado con las peculiares nubes negras que descendían con la niebla; cuando los truenos retumbaban las tinieblas parecía ser un estallido de bombas en la estratosfera, los relámpagos caían junto al corazón de Lucifer entre las flamas del pecado sobre las luctuosas lapidas que yacían en el abandono imperecedero, el gritar de los cuervos componía una tenebrosa melodía fúnebre que encumbraba mi fervor, los buitres y coyotes conspiraban el maleficio en la fosca que quemaba mi malévolo espíritu.

Era enigmático saber acerca de qué o quienes estaban sepultados bajo tierra, ¿Por qué habría un cementerio escondido en una catacumba? ×Me preguntaba dudosoØ El lúgubre perímetro hacía desconcentrarme de lo que realmente debía hacer, lo veía de una manera pulcra y original que creaba en mi mente quimeras de cómo sería morar allí. Tenía el toque diabólico y fastuoso que hacía enamorarme con simplemente un parpadeo.

¿En dónde está la bruja? ×Me intrigaba ver que era un lugar solitario y abandonadoØ, paseaba por el cementerio escudriñando a cada una de las tumbas, observando las lapidas con flores marchitadas y afligidas. De pronto, en una de las tumbas más lejanas vi a una maltratada sotana moverse con el viento detrás de una cruz, supe instantáneamente que era la bruja que esperaba por mí, era importante realizar un acto nigromántico en esa noche.

Tan pronto que la vi, comencé a correr tan rápido que saltaba encima de las lapidas hasta que llegué en cuestión de segundos, en aquel momento de prestezas me sorprendí al ver que la mujer había desaparecido, cuando me detuve a observar el sitio donde la había visto con su sotana ya no estaba. ¿A dónde se fue? ×BalbucíØ, con el candelabro iluminé a cada uno de los sepelios y no la encontré, era un sentimiento excepcional que se producía con los latidos de mi corazón al ver que no estaba alguien ahí; en ese fúnebre momento se escucharon unos pasos que hicieron sonar la grama, el sonido del viento parecía confundirme con lo que realmente sucedía.

– Buenas noches, jovencito. ¿Qué busca usted por acá? –Habló una voz bastante familiar que me erizó la piel–.

En el momento que volteé me congelé completamente del susto y de la sorpresa. Un rostro demacrado y seco, labios agrietados, un cabello maltratado de color amarillo, uñas largas y filosas como las de un gato, una nariz torcida y sobresaliente, era una mujer mal vestida que apenas podía cubrir sus genitales con una sotana destrozada, parecía que la tela de su ropa estaba siendo comida por polillas y cucarachas; no fue eso lo que me inmovilizó, la mujer que estaba en el cementerio era Aurora Scrooket, madre de Cesar.

– Buenas noches, señora, ×dije temblando con la voz temblando del pánicoØ. Simplemente vengo de parte de Grigori.

– ¡Oh! –Clamó la Señora Scrooket–, ¿Cómo poder olvidarlo? ¿Eres tú el aprendiz elegido por el patrono cabrío?

Aurora me circunvalaba con la frialdad en su mirada.

– Discúlpeme, Señora. No quise ocasionarle este tipo de sorpresas ×Dije mientras me alejabaØ No importa si esta noche es falible para mi último culto, podría ser después... Será mejor que me retire de aquí.

– ¡No! Perdóneme usted a mí, jovencito, –insistió–, ante ti estoy rendida y agraciada con todo mi ser designado a lo oculto. Creo que te he visto en algún sitio, tu piel blanca y tu simétrica fisionomía la reconocería siempre... Estoy más que segura de que le encantarías a mi hija menor.

𝐏𝐋𝐄́𝐘𝐀𝐃𝐄𝐒 𝟭 (𝕯𝖊𝖑𝖚𝖝𝖊 𝖊𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓)Where stories live. Discover now