Capítulo 30. Dulce Venganza.

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"Me levanté de entre los muertos para recuperar lo creí perdido."

– ¡Roxette, despierta! –Exclamé moviendo sus hombros–, ¡Hey, ya es hora de ir al pueblo!

– No molestes, quiero dormir más, –murmuró Roxette adormecida–, por favor.

– ¡Que te levantes! –Bramé echándole agua en su cara–, hoy será el último día.

Roxette se levantó enfurecida de un golpe y me abofeteó, se secó su cara con su vestido estiró sus brazos.

– ¡Maldito, estaba soñando con el hombre de mis sueños! –Protestó–, ¿Qué quieres?

– ¡Prepárate! –Suspiré con alegrías–, hoy será el mejor día de nuestras vidas.

– Ya comenzaste con tu drama, –dijo ella–, sólo quiero regresar a ese putrefacto pueblo para patearle el culo a esos malditos.

– Yo también quiero eso, –concordé encogiéndome de brazos–.

– Es una hermosa mañana, –dijo Roxette mirando al cielo–, estoy hambrienta.

– Deberías comer algo de lo que Ranavalona nos preparó, –instigué ofreciéndole carne de cerdo–, pero, creo que la comida se ha fermentado.

– ¡Diablos! –bufó cubriéndose la cara con sus manos–, te comiste toda la comida y no me dejaste ni cerveza, la carne esta morada, ¡Qué asco!

– ¡Tú no me pediste! –Increpé soltando una mirada mordaz–, luego comemos algo.

– Mejor vámonos ya, –dijo Roxette arreglándose el cabello con coquetería–, apropósito... La piedra y el Propheticum Spectrums están en mi bolso.

– No hay problemas, –contesté–, lo único que necesito es fortaleza, inteligencia y tu compañía para el día de hoy.

– La tendrás, hermano mío, estamos juntos y eso nada podría cambiarlo, –decía Roxette con entusiasmo–, oye, ¿Cómo poder olvidarlo? ¡Feliz cumpleaños! Te agradezco por haber estado en mis peores momentos, te amo y, nadie podrá hacer que nos volvamos a separar en la distancia.

– ¡Aaaahhh, gracias! –Detoné una risa con un abrazo–, ni yo recordaba mi cumpleaños.

– En tres días será mi turno, –gimoteó Roxette con afecto–, espero pasar ese día contigo. Sé que podremos tener días mejores, a lo que me refiero es que nos espera una larga vida después de esta.

– Somos eternos. –Concluí–.

Por cuatro horas anduvimos en la carretera que nos llevó al centro de Núremberg, las personas parecían no reconocernos cuando nos vieron caminar con elegancia y con la frente en alto. La belleza de Roxette deslumbraba la victoria en medio de la guerra, Núremberg estaba destruido y hundido de la sangre que ahogó a los caídos de la justicia.

Sin duda alguna Núremberg no era el mismo de antes, se convirtió en un paraíso infernal mientras desaparecí por diez meses. Los árboles talados estaban arruinados en los parques sangrientos, los cadáveres de los aldeanos yacían con los escombros de edificaciones ruinosas.

Núremberg estaba encumbrado de humo y fuego, ¿A dónde fueron todos? ×PenséØ, quedaban pocas personas en el pueblo, veía muchos rostros mortuorios y empalidecidos en delicadas condiciones de salud. Sentí lastima por esas personas, los más débiles perdieron a sus familiares y sus humildes hogares en el que intentaban sobrevivir ante la dictadura, los niños abrazaban los cadáveres de sus padres y me hacían sentir culpable por todo lo que les había sucedido.

𝐏𝐋𝐄́𝐘𝐀𝐃𝐄𝐒 𝟭 (𝕯𝖊𝖑𝖚𝖝𝖊 𝖊𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓)Where stories live. Discover now