Capítulo 27. El desierto de Crono.

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"Los vampiros llegaron a la media noche para alimentarse de mi quebrantamiento."

7 Meses después...

Pasaron largos meses de soledad y semanas de calvarios desde que llegué a Pléyades en octubre del año 1513, cuando menos lo creí ya era mayo del año 1514 en el desierto de Crono. Me instalé en una cueva bajo las arenas del desierto y lo habité desde que lo encontré en abril del mismo año, en algunas noches sufrí atentados de alacranes y escorpiones que se acompañan con tarántulas y serpientes para atacarme.

Los cambios físicos eran constantes, mi cabello cambió de color cuando retornó al mismo de antes junto a la piel blanca y bronceada que siempre tuve, a diferencia que en ese entonces las ampollas generadas por el calor se marcaron en mi piel, probablemente, fueron desapareciendo cuando me adapté al clima árido e infernal. Ya no lucía como el vampiro de octubre, todo en mí regresó a la normalidad como un nuevo nacer que pude aprovechar, me convertí en el hombre rudo y fornido que nunca antes fui.

Sin importar el tiempo que pasó desde que estuve en Memphis, no hubo un segundo en el que dejé de pensar en el regreso triunfal a Memphis y Núremberg, no había nadie que pudiera salvarse del tsunami de sangre que hundiría a Pléyades, el gran final de los tiempos estaba por llegar. Todo ese tiempo me hizo un sobreviviente, aprendí a quererme con todos mis defectos y a valorar todo el tiempo que vivía del presente.

En una borrascosa madrugada de mayo me encontraba cazando animales para la comida del día siguiente, el frío estaba más fuerte que en todas las noches anteriores por lo que impedía el sueño nocturno, las dunas se movían con la fuerza del aire generando una fuerte tormenta de arena en Crono. Los remolinos surgían con enormes ventarrones de arena que me desequilibraban, la fuerte tormenta me empujaba a todos lados, incrementándose la velocidad del tornado en expansión.

Un gigantesco vendaval de arena me arrojó a lo largo empujándome demasiado lejos, la presión de la tormenta me hizo rodar por las dunas y los ligeros arenales que me sostuvieron. Me impulsé hacia adelante y me arrastré mientras la tormenta me sacudía, de repente, algo se apresó en mi pierna derecha y comenzó a enrollarse hasta apretarla, la opacidad de la tormenta arenosa me impidió observar lo que se estaba subiendo en mi cuerpo, ¿Qué es esto? ×PenséØ.

El ventarrón me empujaba y yo continuaba sosteniéndome de las piernas en posición fetal, prontamente, debajo de la túnica sentía una piel áspera con escamas que rozaba mi pierna. ¡Maldición! ¿Qué mierda es esto? ×VociferéØ, metí mis manos debajo de la túnica y halé lo que se estaba subiendo en mi pierna, ¡Era una serpiente cornuda! La sujeté con una mano y el animal estaba meneándose con mucha agitación, rápidamente, la serpiente se impulsó hacia delante y me atacó en el rostro con mucha celeridad.

¡Aaaaaaaahh! ×Berreé adoloridoØ, solté la serpiente de mi mano y el animal fue arrasado por la fuerza del viento. ¡Ohhhh, dueleee! ¡Mi caraa! ×Rugí desfallecidoØ. El dolor era indefinido y clemente, de inmediato, las toxinas entraron en mi sistema nervioso y mi rostro comenzó a paralizarse paulatinamente.

Mi rostro estaba deformándose por la sustancia neurotóxica del veneno, me puse de pie con todo el furor del viento y comencé a dar espaciosos pasos en dirección contraria. ¡No podía seguir caminando! Estaba debilitándome cada vez que hacía un mínimo movimiento en bruto. Mis músculos se estremecieron por dolorosos espasmos, sentía que algo caliente corría rápidamente por mi torrente sanguíneo; ¡Camina! ¡Tú puedes! ¡No te detengas! ×Pensé mientras luchaba por mi vidaØ, pero, caí de rodillas y la tormenta me arrastró nuevamente al lóbrego vacío del desierto.

La tormenta de arena estaba más furiosa e irascible, estaba aturdido y acelerado por la agitación del viento. La arena se introdujo a través de los oídos y de mi boca, con los ojos irritados y la cara sangrante sentía que ya no podía hacer nada más para salvarme, ¡Los colmillos de la serpiente atravesaron mi ojo derecho! La picazón se incrementó sometiendo la epidermis con una terrible hinchazón que me impedía parpadear.

𝐏𝐋𝐄́𝐘𝐀𝐃𝐄𝐒 𝟭 (𝕯𝖊𝖑𝖚𝖝𝖊 𝖊𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓)Where stories live. Discover now