Capítulo 25. ¿En dónde está Aradia?

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"Los mentirosos aclaman mi nombre con suplicas, los poderosos se enriquecen con mis peculios y los farsantes reniegan de su historia para ultrajar la mía."


Pasaron un par de horas cuando me desperté improvistamente a la medianoche, el frío me despertó de un golpe y me levanté de inmediato cuando una extensa negrura se apoderó de la llanura. ¡La fogata había sido apagada! Los pedazos de troncos, hojas secas y rocas fueron esparcidos como si alguien los hubiese pateado, ¿Dónde estaba Aradia? ¿A dónde fue? El abrigo estaba en el suelo junto a la túnica que llevaba por dentro. ¿Qué sucede? Pensaba con mucha angustia mientras llamaba con gritos atronadores a Aradia, mi voz se escuchaba en la lejanía de los llanos retumbando los ecos del vacío.

¡Aradiaaaaa! ¡Aradiaaaaa!

×Exclamaba desconsoladamente abrazando su abrigoØ

¡Por favor! ¡No juegues con esto! ¡¿Es una broma?! ¡REGRESA AQUÍ! ¡Te lo suplico! Me recliné en el suelo con el abrigo en mis manos, no podía retener mis lágrimas cuando recordaba nuestra última conversación antes de dormir. ¡Lo sabía! ¡Algo malo iba suceder! ¡De nuevo he perdido a alguien! ¡Este dolor siempre estará conmigo! ¿Acaso he nacido para estar solo? Mis gritos parecían alaridos caninos que desgarraban mi garganta con afonía.

La luz de la Luna alumbraba pardamente la desolada llanura, giraba ante mis alrededores intentando escudriñar alguna señal que haya dejado Aradia ¡Pero no encontré nada! Preocupado y enfurecido lancé el abrigo al suelo con aversión. ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ×Me preguntaba con gritos y lamentosØ, de pronto, un gran grupo de hombres extraños apareció repentinamente cuando apenas me levantaba del suelo. ¿Quiénes son esos? En aquel momento pensé que probablemente eran los hombres de Orión, ¡Pero no lo eran! Nunca antes había visto a esos hombres en ningún lado, la secta se dirigía desde el norte mientras yo cogía el abrigo del suelo para marcharme, los hombres se detuvieron en medio de la nada y se ubicaron en un extenso círculo con antorchas y candelabros.

¡Será mejor acercarme hasta ellos! ¡Necesito encontrar a Aradia! Rápidamente, puse el abrigo de piel sobre mis hombros y me encorvé sigilosamente para evitar la atención de los hombres. Me ocultaba entre las sombras de los astros mientras la hilera de árboles curvados me camuflaba, trepando árboles y saltando sobre las rocas corría más veloz que un puma hasta que me acercaba a la secta; estando a una corta distancia de los hombres me lancé al suelo bocabajo y me escondí entre el pasto, la niebla me arropó con la negrura de la noche y examiné con la mirada a cada uno.

¡Qué mierda! ×BraméØ, eran 18 hombres vestidos de largas túnicas rojas, tapándose los rostros con una fantasmagórica mascara que tenía la figura de la cara de una cabra, ¿Serían esos hombres admiradores de Balam? Llevaban colgando del cuello a algunos amuletos que se conocen como triquetas, el uso primordial de estos amuletos es para proteger al hechicero de fuerzas malignas, generalmente en la brujería. ¿Por qué lo llevarían puesto? ¿Acaso eran magos o brujos? Los hombres se comportaban de forma extraña y siniestra, extendían sus brazos al cielo haciéndole culto a la noche, algunos estaban inclinados en el suelo adorando y homenajeando a la tierra.

¡Había una enorme construcción a base de paja con una tela sobre ella! ¿Qué demonios es eso? ×Me preguntaba boquiabiertoØ, la construcción era tan alta que sobrepasaba la altitud de los árboles. La neblina se despejó y pude ver mejor la forma de la edificación, ¡Era la estructura de una cabra, con antorchas en los orificios oculares! La secta construyó la imagen del animal para después quemarlo, ¿Será que Aradia estaba relacionada con eso? Parecía muy extraño que haya desaparecido misteriosamente antes de que los hombres aparecieran.

El aspecto de los hombres era aterrador, estaban tocando tambores mientras danzaban en el círculo que formaron ante la construcción de paja. Súbitamente, aparecieron 6 hombres jóvenes, entre ellos 3 rubios y 3 pelirrojos que vestían de togas negras con insignias, estaban acompañados de 6 niños albinos que también llevaban togas, se ubicaron en el círculo y pusieron su atención a la edificación mientras meditaban.

𝐏𝐋𝐄́𝐘𝐀𝐃𝐄𝐒 𝟭 (𝕯𝖊𝖑𝖚𝖝𝖊 𝖊𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora