Capítulo 4

4.7K 375 46
                                    

-¡Chicos, rápido!

Nos levantamos de golpe por los gritos de mi padre, inconscientemente miré el reloj de mi habitación, 2:37 am.

-¡Papá,¿Qué pasó?!

Bajamos a toda velocidad, yo preocupado y Damian listo para matar a alguien en caso de ser una falsa alarma.

-Debemos ir a la mansión Wayne de inmediato.

-¿Pasó algo malo?

-Sí, Damian. Tu madre.

Quedamos petrificados. ¿Por qué Thalia decidía aparecer? ¿Por qué ahora? Justo cuando tendría una "cita" con Dami.

-¿Qué quiere mi madre ahora?

-No lo sé, pero Bruce pidió llevarte.

-Yo también voy, somos compañeros.

-Jon... De acuerdo, pero no hables ni la mires a los ojos.

Luego de dejar a mi madre durmiendo, al parecer tiene un sueño más profundo de lo que creía, nos fuimos volando (yo cargando a Damian) a la mansión.

-Padre, ¿Qué está pasando...

Damian me empujó hacia mi padre y se puso en posición de ataque.

-Madre.

Thalia salió de su escondite y quedó frente al de ojos verdes.

-Hijo, necesito tu presencia en la Liga.

-Ni muer...

-Damian, por desgracia Thalia tiene "razones" para esto, necesitaré que vayas con ella por 4 días, por supuesto que tendrás un localizador y todo un equipo en caso de que algo salga mal.

-No me gusta tener poca información.

-Resulta que hay un grupo cada vez más grande que exije ver a su príncipe. Cuando dejaste la Liga, tu madre les informo de que estabas en una misión, pero si no te ven pronto, se rebelarán, hasta hoy Thalia los mantuvo a raya, pero en caso de la rebelión, ella sería ejecutada y la Liga volvería a ser tan despiadada como antes.

-Entiendo - Dami, al parecer nada sorprendido por lo que le acaban de contar volteó con decisión hacia su padre -¿Tengo permitido el matar? Si no lo hago, sospecharán -explicó con calma sin tomarle importancia al significado de esas palabras.

-Afirmativo.

-Nos vamos hoy.

-¡Yo también voy! - me apresuré a decir, lo único en lo que pensaba era en que no quería que estuviera solo, no en esto.

-¡Hijo!

-Papá, Damian y yo somos un equipo, es la misión de ambos, además yo al ser "nuevo" puedo ver si se creen lo de la misión.

-¿Seguro? Es muy peligroso, y posiblemente debas matar a alguien.

-No necesariamente, puedo decir que es un Junior, son los que se entrenan pero aún no matan a nadie, luego de un mes entrenando como Junior se les asigna la primera misión.

-¿Ves? Estaré bien. - le sonreí a mi padre.

-Tu madre me matará... De acuerdo, puedes ir.

-Bien, vengan, arriba está el helicóptero que nos llevará a la Liga de los asesinos.

Nos despedimos de nuestros padres, y seguimos a la mujer por las escaleras hasta un helicóptero.

-Dick me matará por no contarle o despedirme cuando volvamos.

-Y mi mamá a mí. -nos pusimos a reír mientras se podía. Tal vez ya no tenga esa ida a la feria romántica con Dami, pero al menos podré ver dónde nació y tuvo su primera infancia.

...

Era increíble, un castillo con apariencia de ser oriental sobre un pedestal y abajo mucha gente entrenando.

-¡¿Aquí naciste?!

-Por desgracia

-Damian, es momento de que te pongas el traje -dijo mientras miraba a Dami para rápidamente voltear a mí -Jon ¿Verdad? No vas a ir en pijama, cámbiate a una prenda más... Decente.

Cómo en el helicóptero había dos cortinas, colocamos una para separar la parte trasera y delantera y otra para dividir en izquierda y derecha. Nos cambiamos y las retiramos.

Damian lucía increíble en una armadura negra con detalles dorados y una capa roja.

-Hijo, no olvides tu espada.

-Claro que no -dijo desganado mientras la sacaba de debajo del asiento.

-Por cierto, Jon -dijo volteando a mirarme -Me encanta como luces - aquellas simples palabras hicieron que sintiera mi corazón acelerando. Yo no llevaba algo genial o especial, simplemente un chaleco, zapatos y pantalones negros.

-Gracias, tú luces increíble.

-Créeme que no.

Me quedé pasmado, esa no era su respuesta común, siempre decía cosas como "lo sé" o "no se puede evitar".

De pronto siento algo en mis labios, ¡Era Damian! Me sorprendí, de muy buena forma, pero él se separó dejándome con ganas de más.

-Te dije que ese sería el castigo de quedarte pegado ¿No es así? -cuando estaba pensando en qué contestar fuí interrumpido por la madre de mi ángel.

-Ya llegamos. -dijo en un tono que mostraba molestia, ¿Será que nos vió? Bueno... El helicóptero no es tan grande como para que no lo hiciera.

Cuando aterrizamos la primera en bajar fue Thalia, seguida por Damian y al final yo.

- ¡El príncipe volvió! -la escuché exclamar a las Miles de personas que estaban en el "patio" entrenando -y tú, debes venir conmigo -dijo mientras me miraba de reojo -Damian, quédate a saludar -le ordenó a su hijo para luego irnos.

Pasamos muchos pisos en nuestra bajada, me dió un traje con una placa que tenía grabado "junior". Me cambié y me llevó a un cuarto con el número 55555i, antes de entrar me miró.

-Esta es la habitación 55555 inferior, inferior a la casa central, si quieres saber Damian está en el 65s, a unos 32 pisos de distancia. Tu placa también es un comunicador, si precionas la "u" te comunicaras con Damian, si preciosas la "i" será conmigo y la "r" es con ambos, aquí nos despedimos y buena suerte -me informó antes de desaparecer en la oscuridad.

Tomando valor abrí la puerta, para mí sorpresa no estaba llena de adultos, sino de niños cercanos a mi edad. Yo creía que Damian al haber estado tan pequeño aquí era una excepción, resulta que es común, en niños un poco más grandes, pero común.

-Hola - dije tímidamente desde la puerta, todas las miradas se posaron en mí.

-¡Hola! Eres nuevo ¿Cierto?.

-¿Llegaste junto al príncipe?

-¡Qué suerte!

-¿Lo conociste?

Son algunas de las preguntas que me inundaban de las personas que me rodeaban.

-¡Ya déjenlo en paz!

-Sabemos que el nuevo tiene suerte, y que cualquier persona en esta isla estaría de acuerdo, pero si no lo dejan respirar no podrá estar cómodo como para contarnos o conocernos.

Todos se apartaron de mí dejando ver a un chico asiático de pelo negro un poco más alto que yo y una niña pelirroja ligeramente más baja.

-Bienvenido, soy Kai y ella es Sacarlet.

-Gracias por eso.

-No hay de qué, ahora por favor preséntate y cuentanos tu increíble suerte de conocer a la perfección en persona.

¿Por qué siento que esto será peor que en la escuela?

Siempre a tu lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora