capítulo 24

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A la mañana siguiente me levanté temprano, no es como si hubiera podido dormir en todo caso, toda la noche tuve pesadillas de que Dami salía con otra persona, ya no me quería cerca y cosas así.

Luego de alistarme fuí a la cocina para buscar algo dulce que me suba el ánimo. No contaba que ahí puede estar el foco de mi mente.

-Eres Jon, ¿No? -estaba en pijama con su pelo despeinado, era tan tierno.

-Sí, ¿Por qué lo preguntas? -No pude aguantar la sonrisa porque me hablara.

-Solo curiosidad... ¿Vamos en el mismo instituto? -Jamás había visto al de ojos verdes preguntar más de una cosa a alguien.

-Es correcto, también somos equipo como superhéroes -no hizo falta algo dulce. Aunque tenía ganas de besarlo, debía resistir la tentación.

-Me alegra saberlo -me mostró su sonrisa perfecta y tomando un café se fue al comedor.

Yo agarro un cupcake y lo sigo.

-¿Quieres uno? -él me mira sorprendido.

-¿Cómo sabes que ahora iba por el? -dudoso tomó el pequeño pastel.

-Desde que te conozco tomas el café acompañado de uno -expliqué amablemente.

-¿Lo notaste? Gracias, es muy amable de tu parte -se enfocó en su desayuno.

Yo busqué una manzana y un chocolate caliente, me posicioné frente a él.

-Buenos días chicos. Damian, no te ví al levantarme -el hermano mayor llegó.

-Sabes que no duermo mucho -le contestó de mala gana.

-Ya no estás en la liga. Deberías tratar de dormir un poco más, eso haría que se vea más seguido esa sonrisa -evité decir "hermosa".

El moreno vió con sorpresa, le sonreí, casi puedo jurar que se sonrojó un poco.

-Bien, voy a intentarlo, tomaré una siesta hasta el almuerzo -justo había terminado su desayuno y se retiró a su cama.

-¿Cómo hiciste eso? Trato que duerma más desde que lo conozco -eso me alegró mucho, no sé el porqué.

Al finalizar, tiré el corazón de manzana además de lavar mi taza.

En el camino a mi cuarto, para ordenar antes de aterrizar, me encuentro a mis amigos discutiendo con Jason.

-¡¿Eres su madre para saltar a defenderlo siempre?! -el mayor clavó su dedo índice en la frente de una enojada peliroja.

-¡¿Y tú un simio que debe peliar siempre?! -en un movimiento tomó el dedo y se lo volteó, sonó a fractura.

Kai solo veía la escena como yo, me le acerqué.

-¿Qué pasó ahora? -susurré.

-Estaba caminando en dirección al comedor, leyendo este libro -alzó la mano con la lectura de "Archienemigos" -me encontraba poco atento al resto y sin querer topé con el primate de ahí -miró de reojo al más alto -este se enfadó, llegó Scarlet y para el resto estabas -finalizó su relato.

Ninguno se había dado cuenta que los otros dos ya dejaron de pelear.

-Vámonos Kai, tenemos que buscarle una banana y ver si se calma con comida -la de pecas sonrió divertida mientras iba a la cocina.

-¡No soy un primate! Tú... ¡Cobra roja! -gritó molesto Red Hood.

La chica paró su camino, volteó.

-¿Sabías que Naja pallida, aparte de ser hermosa, su escupitajo venenoso te llega hasta a una distancia de 2 metros? Eso sí te llega a los ojos te causa quemosis e hinchazón en la córnea. Así que... Gracias por el cumplido -volviendo a reír victoriosa, retomó su rumbo hasta desaparecer en una esquina.

-Tengo que buscar algo mejor -gruñó antes de irse.

Llegué a mi habitación. ¿Cómo es posible que en el poco tiempo que hemos estado aquí ya tenga todo desordenado? -me dispuse a arreglar mi maleta hasta el almuerzo.

Luego de unos minutos sonó la voz de Tim avisando la hora del almuerzo.

Dejé lo que tenía en mano y corrí al comedor.

-Hola Jon, el almuerzo de hoy lo hizo Damian -me comentó el mayor del avión.

-¿Enserio? -en tanto pregunté, un plato con hojas enrolladas, papas, zapallo y pimentones, todos rellenos de carne molida con arroz amarillo.

-Son rellenos árabes, de seguro te gustan -me aseguró el cocinero.

-¿Y esa salsa qué es? -había una especie de mayonesa, pero con trocitos de algo blanco amarillento dentro.

-Es salsa de ajo, muy buena para añadirles -me serví, estaba delicioso.

-Muy bueno Damian, gracias -el más bajo sonrió.

Después de comer y retirar, me devolvía a ordenar, el de ojos verdes me paró.

-Si quieres te ayudo, estás desde la mañana ahí, con tus poderes ya tuviste que haber terminado. Eso o tienes un serio problema de desorden -se puso a mi lado para caminar.

-La verdad, jamás pensé en aplicarlos en esto, mi mamá siempre habló de no emplearlos si no es como superhéroe, a veces se me pasa igual -Me miró sorprendido y río.

-Niño de mamá -su sonrisa aumentó.

-¡No es cierto! -le imité.

Ya habíamos entrado cuando escucho al árabe exclamar.

-¡Qué desastre! ¿Nunca te enseñaron a ser ordenado? -solo le dediqué una sonrisa nerviosa.

-No solo te voy a ayudar, te voy a enseñar a no transformar cada sitio en el que estás en un chiquero -es curioso... Es lo mismo que dijo la primera vez que vió mi cuarto.

Él se puso a ayudarme mientras me retaba. Quité un segundo mi vista de él.

-¿Aún duermes con peluche? -oh oh, podía jurar que lo guardé antes.

-¿Y tiene sonido? ¿Qué es, una canción de cuna? -él se burlaba, yo se lo arrebaté.

-Es algo importante para mí ¿Sí? -debía de estar rojo.

-Ya, tampoco es para ponerse así, Dick también duerme con uno, Jason con su máscara y Tim con un libro. Lo más normal es que duermas con un oso de felpa, sobretodo con nuestro trabajo de héroes -guardé el peluche en mi maleta rápido.

-¿En serio piensas eso? -cuestioné.

-En serio, aquí entre nosotros -hizo un gesto y me acerqué -yo duermo con mi espada. Así siento que en caso de que me intenten atacar mientras duermo, lo podré apartar y lastimar sin pelear para llegar a ella -vaya dato perturbador, pero si lo hace sentir bien, no tengo problema.  Puede que cuando seamos adultos, yo seré el sustituto de esa espada.

-Recuérdame nunca despertarte -ambos soltamos risas.

Siempre a tu lado Where stories live. Discover now