capítulo 25

1.4K 188 58
                                    

Luego de unas horas se nos avisó que íbamos a aterrizar, con Dami ya habíamos terminado de ordenar todo hace rato, pero nos quedamos hablando.

-¿Te puedo hacer una pregunta? -el más bajo asintió -¿Cómo es que confías en mí para hablar así? Apenas sabes quién soy.

-Si te soy sincero... Yo tampoco lo sé, no soy así cuando conozco a alguien, pero algo en tí me hace confiar -el de lindos ojos volteó para evitar el contacto visual.

Eso me hizo extremadamente feliz, obligando a todo mi cuerpo en retenerse de saltar y besarlo.

-¿Por qué tienes una sonrisa tan grande? -me preguntó curioso el de tez morena.

-Por nada en especial -contesté aún sonriendo.

-Eres raro -se paró y abrió la puerta -Ahora debo prepararme yo para aterrizar, te veo después -se fué.

Aterrizamos, al llegar pude divisar a mis padres esperando... ¡Las llamadas! Sabía que se me olvidaba algo, se supone que los llamaría todos los días que estuviera fuera.

Solo queda una cosa que hacer... Aceptar la muerte como una vieja amiga.

Cuando estaba saliendo noté que la única persona en mi corazón estaba a mis espaldas.

-¿Te vinieron a buscar tus padres? -pude distinguir un ligero tono de burla en esa pregunta.

Solo lo miré y terminé de bajar.

-¡Jonathan Samuel Kent! -Oh oh, mi madre furiosa caminaba rápido en mi dirección -¡¿Qué es eso de irte?! Tu padre me dijo que llamarías, ¡No lo hiciste! -ella estaba al borde del colapso cuando llegó mi salvador.

-Él lo intentó -Damian, cada día te amo más y más -solo que al ir en un avión su celular no tenía señal. Al llegar a otro país, su internet y antena no cubrían, por lo que no pudo avisar de el problema -cuando mi progenitora se calmó y se volteó a su esposo, el chico a mi lado me susurró -De nada niño de mamá -río levemente y siguió a sus hermanos.

Nuestros amigos se despidieron y desaparecieron prácticamente.

Me fuí en auto con mi familia camino a casa.

-¿Y Conner? -él hubiera venido a buscarme.

-Le toca turnos extra, pero dijo que le contaras todo cuando llegara a casa -mi madre aún se notaba un poco molesta -nunca más dejo que tu padre llegue antes a casa.

Solo pude reír de manera incómoda.

Al llegar corrí a mi cuarto y desarmé la maleta, me fuí a bañar y poner pijama.

Bajé a cenar, pero entre la sala de estar y el comedor fuí capturado por mi hermano mayor.

-¿A dónde crees que vas? -dijo aún abrazándome -no te vas a escapar de contarme todo -asentí como pude, me soltó y cenamos.

Al terminar nos lavamos los dientes para hablar en mi pieza.

-Ya, cuéntame. ¿Qué dijo Damian cuando lo salvaste? -preguntó emocionado, a veces se me olvida que es un adulto.

-La verdad -se acercó para "escuchar mejor" -lo primero que dijo fue "¿Quién es él?" -su sonrisa se borró.

-¿Cómo que "quién es él"? -se veía impactado.

-Bueno, ese chico que se lo llevó le borró de la memoria todos sus recuerdos de mí -bajé levemente la cabeza mientras jugaba con mis manos -pero no te preocupes, sus hermanos ya trabajan en revertirlo, por mi parte trataré de volver a enamorarlo -el calor empezó a subir a mi cara.

Mi acompañante dejó salir un gruñido -ya veo, realmente confío que lograrás enamorarlo nuevamente, pero sería una lástima perder todo hasta ahora... En mis tiempos libres voy a ver si puedo ayudar a Jason.

-Más bien, creo que Tim es quien lo va a investigar -dije divertido, es obvio que quería aprovechar la oportunidad de pasar tiempo con él.

-Sí, ya me lo esperaba. Igualmente voy a ir por si puedo hacer algo -Al finalizar la oración, se fué a su casa.

Me acosté en mi cama abrazando como siempre a mi oso.

Ahora que lo pienso... ¿Ya habrá descubierto Dami el suyo?

Cerré los ojos para caer en un profundo sueño.

Lastima que no duraría mucho, ¡Voy a matar a esa ave! ¡¿No puedo dormir en total paz un día?!

Lo peor es que no se cayó en toda la noche.

Cuando mi madre me avisó que ya era de mañana, me levanté, preparé y bajé a desayunar.

-Buenos días hijo, hoy te voy a dejar yo, si no te molesta llegar más temprano -acepté la propuesta de mi padre.

Me quedé dormido todo el camino, al llegar a la sala noto que no soy el único en llegar mucho más temprano, me dejó 4 horas antes de lo usual, mis amigos ya estaban ahí con el grupo de líderes.

-¡Jon! Que bueno que llegaste, estábamos viendo cómo volver a juntar a Damian y a tí -en serio ellos no descansan.

-¿A qué hora duermen? -pregunté sin pensar.

-¿Cómo podría pensar en dormir cuando tengo que reunir a mi pareja óptima? -la peliroja fué calmada por el asiático.

-Verás, entre todas las zonas en la que se extiende nuestro club y sus participantes, estamos organizando todo para que en todas las clases no exista posibilidad que se sienten separados, pero tampoco los profesores se deben quejar de compañeros que hablan o nos van a cambiar. ¿Gustas participar? -como se esperaba de Kai, preciso y conciso.

-Gracias, pero pensaba en invitarlo por un helado, esta vez donde no hayan palomas cerca -se escuchó un grito emocionado por la mayor parte de la sala, básicamente cada ser humano exceptuando al de ojos rasgados.

-¿Por qué están gritando todos? -la voz del árabe sonó a mi espalda.

-Hola Damian, no es nada importante -sonreí.

-Claro... Jon, ¿El oso lo compramos juntos? -¡Lo vió! Pero no actúa distinto.

-¿Por qué lo preguntas? -realmente tenía curiosidad.

-Lo que pasa es que cuando lo tomé y mencioné que se parecía al tuyo, llegó Dick y se lo llevó. ¿Qué pasa con ese peluche? -no lo escuchó, no sé si agradecerle o molestarme con Grayson.

-No es nada malo. Cambiando de tema -me puse nervioso -¿Te gustaría tomar helado después de la escuela?

-Está bien, mientras no sea un sitio con palomas al rededor, soy alérgico -este chico me hace extremadamente feliz con cosas tan simples.

Siempre a tu lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora