𝗣𝗔𝗜𝗡 ━━ ❝Porque prefiero sentir dolor a no sentir nada.❞
Mei creía estar condenada por las circunstancias de su vida, hasta que alguien le gritó en el rostro que podía ser diferente. Había renunciado a cosas que creía banales, como los sentimien...
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El día de hoy, el equipo 6 tendría su primera misión juntos, lo cual resultaba emocionante para algunos, y normal para otros. Mei se encontraba tranquila, estaba segura que el Hokage no les asignaría una misión superior a rango C, ya que seguían siendo genins y al parecer Konoha era bastante estricto en cuanto a la asignación de misiones según su clasificación. Cosa que aún seguía en proceso de comprender, claro estaba.
Se encontró con su nuevo equipo frente a la torre Hokage, tal como habían pactado. Jun casi saltaba de la emoción mientras arrastraba a un tranquilo Masaru del brazo, mientras su sensei solo los veía divertido. Mei trataba de comprender la falta de seriedad de sus compañeros ante una misión. Y es que probablemente fuese algo sencillo, pero no dejaba de ser trabajo, y ellos no dejaban de ser ninjas. Se suponía que debían ser fríos y calculadores, aunque Jun y Masaru parecían más bien un par de mochis hiperactivos, demasiado dulces, suaves y enérgicos. No estaba acostumbrada a ese tipo de comportamiento, sin embargo, identificó algo similar a la diversión haciéndole cosquillas en el pecho, y una sonrisa quiso asomarse por sus labios, aunque terminó siendo una mueca.
Shigeru los guió directamente a la sala donde asignaban las misiones y, al ya estar adentro, se encontró con que no eran los únicos presentes. En el lugar estaba también otro equipo, conformado por dos sujetos vestidos con un traje ajustado color verde y sendos cortes de tazón —ambos tenían el pelo y los ojos negros—, una chica castaña de rodetes y un Hyūga de cabello largo. Los cuatro los observaron al entrar, deteniéndose por un segundo más en ella, al parecer reconociéndola. Los sujetos de verde sonreían de una forma extraña, que le provocaba a Mei ganas de golpearlos en el rostro. Se sentía perturbada. Los ignoró olímpicamente y se colocó entre sus dos compañeros, manteniendo la mirada en el anciano frente a ellos.
El Hokage asintió satisfecho al repasar a ambos grupos con la mirada y revolvió un par de papeles.
—Bien, la siguiente misión será asignada tanto al equipo 6 como al equipo Gai. Es una misión de rango C, pero requerirá de la cooperación entre ambos equipos —empezó. Mei rodó los ojos, en una forma de decirse a sí misma que tenía razón, y sin poder creer que el Hokage considerara necesario mandar dos equipos a una misión de rango C.— ¿Ambos equipos aceptan la misión?
—Sí, Hokage-sama —dijeron ambos senseis.
—Bien, procederé a explicarles de qué se trata. Supongo que todos tienen conocimiento acerca del País del Remolino —dijo, observándolos a todos. Todos, a excepción de el joven de traje verde y Jun asintieron—. Allí solía encontrarse Uzushiogakure, la Aldea Escondida del Remolino, y hogar ancestral del Clan Uzumaki. Actualmente, esta aldea ya no existe debido a que fue destruida por algunas aldeas ante el miedo de su poder y control de sus clanes. Sin embargo, se han reportado misteriosas apariciones y robos en las ruinas de dicho lugar por parte de exploradores y celadores de la zona. Por ello hemos decidido enviar un control militar. —Extendió ambas manos, entregándole un pergamino a cada sensei—. Su misión será detener los robos y encontrar a los responsables.
