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EPISODIO TRES

Un recorrido por Sunagakure.

Al otro día, Mei terminó yendo a desayunar únicamente con Shikamaru, ya que era el único despierto

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Al otro día, Mei terminó yendo a desayunar únicamente con Shikamaru, ya que era el único despierto. El resto dormía como tronco en sus habitaciones, por un segundo creyó que el mundo podría acabarse y ellos no se enterarían.

Mei prácticamente le había rogado a Shikamaru para que fueran a desayunar Taiyaki, en cualquier otra circunstancia no se habría rebajado a casi arrodillarse para pedir algo, pero aquel dulce era su perdición. El amor de Mei por el Taiyaki era equivalente al amor de Itachi por los dangos y de Sasuke por los tomates. Cada uno de los hermanos tenía su propia adicción. Al Nara no le quedó de otra que terminar cediendo, aunque tampoco fue que hubiera puesto mucha resistencia. Le gustaba pasar el rato con Mei y cualquier excusa le venía bien.

Después de asrgurarse de que hubiera un local de Taiyaki en la aldea y de preguntar por indicaciones, ambos se vieron finalmente frente al pequeño edificio. El lugar era pequeño, pero el aroma característico del pastel se percibía incluso a unos metros. Mei habría corrido, pero no creyó que fuese adecuado, no quería parecer desesperada, aunque lo estuviera. Hacía días que no comía taiyaki alguno. Era como estar en abstinencia de dulces.

Shikamaru terminó insistiendo en pagar por el desayuno, por el hecho de que Mei había olvidado su dinero y no quería que tuviera que ir a buscarlo. Le dijo que no había problema en pagar por ambos y la dejó sentada en la mesa, mientras él hacía la orden. Ella no podía creer que el chico en verdad le estuviera pagando la comida y la hubiera obligado a sentarse en la mesa. No es que se quejara, realmente no tenía ganas de volver hasta la posada a buscar su dinero, pero no se lo esperaba.

El Nara regresó a su lugar con dos tazas de té y un plato con cuatro taiyakis. Mei sentía como se le hacía agua la boca desde que había entrado al local, pero la verlo allí, humeante, por poco y se lanza sobre el plato. Pero decidió ser civilizada y esperar a que el chico lo dejara en la mesa.

—En verdad te gusta el taiyaki, eh —dijo Shikamaru, al ver que la chica se apresuraba por tomar uno de los pasteles a penas el plato tocó la mesa.

Mei sintió sus mejillas calentarse levemente mientras tragaba el bocado en su boca. Desvió la mirada un poco avergonzada, sin saber muy bien qué decir.

—Tienes migas aquí. —Se señaló un costado del labio. Ella lo imitó, limpiándose con la servilleta—. No, más arriba. —Volvió a pasar la servilleta por su rostro—. Qué problemática eres, ven aquí.

Se inclinó sobre la mesa que compartían, quitándole la servilleta de las manos y limpiándole la comisura de sus labios, quitando los restos de migas. Mei se avergonzó, y sintió su rostro a punto de explotar debido al atrevimiento de Shikamaru, aunque él parecía divertido con la situación, pues no dejaba de sonreír. Volvió a dejarse caer sobre su asiento, acomodándose y tomó un taiyaki.

𝗙𝗘𝗘𝗟 𝗧𝗛𝗘 𝗣𝗔𝗜𝗡 | GaaraWhere stories live. Discover now