C.O33

5.1K 683 80
                                    

CAPÍTULO TREINTA Y TRES

La promesa que no pudo ser cumplida. La preocupación de los amigos.

Mei se sintió caer hacia adelante, incapaz de seguir sosteniéndose sobre sí misma

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mei se sintió caer hacia adelante, incapaz de seguir sosteniéndose sobre sí misma. Su cuerpo cayó contra el de Gaara, que no había dudado en atraparla. Su cabeza descansaba en su hombro izquierdo mientras él la sujetaba. Ella sentía un agujero en su abdomen que no debería estar allí.

—Mei. —Gaara llamó su nombre, sujetándola con fuerza.

—Lo siento... —Volvió a repetir, incapaz de pensar en otra cosa.

Gaara acercó la arena al suelo, a un lado del bosque de huesos que Kimimaro había formado. Una vez allí, bajó de la arena cargando el cuerpo de Mei y recostándose un momento contra uno de los árboles. Lee también había bajado, pues Gaara no podía seguir manteniendo la arena. Los tres se encontraban agotados y, aunque Mei estaba gravemente herida, ninguno de los dos chicos tenía fuerzas como para moverse en ese momento. Estaban obligados a permanecer allí hasta que se recuperaran mínimamente.

—He perdido completamente. —Oyó decir a Gaara.

—No es cierto. Mi sensei me enseñó, que la suerte es parte de la habilidad —lo reconfortó Lee.

—¿Ese idiota entrometido? 

—¡No es un idiota entrometido! Aquella vez... fue porque me comporté cobardemente. Te agradezco tu ayuda, ¡pero no hables de mi sensei así!

—Tú también, ¿eh? Cuando crees que están metiéndose con aquél que admiras, sientes dolor y te enojas. Cuánto más preciada es esa persona para ti... —Por un segundo, la mirada de Gaara se desvió hacia la chica a su lado—. Luchar por alguien que te es importante... Él era... igual que Uzumaki Naruto. Pero sólo porque alguien sea importante para ti... no significa que sea bueno.

—¿Eso crees? No creo que a alguien pueda importarle alguien malvado.

—No. Aunque sepas que es malvado, la gente no puede enfrentarse a su soledad.

«Eso me recuerda a alguien —pensó Mei divertida—. Cuidará de Sasuke, ¿cierto, Orochimaru-sensei? Sé que por ahora él estará bien.»

Mei soltó una risa, algo cansada y baja, pero verdadera. Gaara y Lee voltearon a verla, sorprendidos de escucharla reír genuinamente, sobre todo en una situación así.

—Ustedes... en verdad son muy graciosos —murmuró, luchando contra la pesadez de sus párpados—. Tan... divertidos...

Mei mantenía su herida controlada aplicando ninjutsu médico, sin embargo, su chakra estaba en su límite, al igual que sus fuerzas. No resistiría mucho más, lo sabía. Pero tampoco quería presionar a los chicos, pues ellos ni siquiera podían moverse correctamente después de aquel encuentro.

𝗙𝗘𝗘𝗟 𝗧𝗛𝗘 𝗣𝗔𝗜𝗡 | GaaraWhere stories live. Discover now