𝗣𝗔𝗜𝗡 ━━ ❝Porque prefiero sentir dolor a no sentir nada.❞
Mei creía estar condenada por las circunstancias de su vida, hasta que alguien le gritó en el rostro que podía ser diferente. Había renunciado a cosas que creía banales, como los sentimien...
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Al llegar a la ciudad costera, eran entradas las cuatro de la tarde. Entre la tardanza del barco, el viaje y la última inspección, se les habían ido alrededor de tres horas, o tal vez un poco más. Al encontrarse con Gai, Lee y Jun, estos les explicaron que habían localizado la sede de la organización, y que no eran más de unas cuatro personas las que quedaban allí. Las habían vigilado por unas horas y habían escuchado sus conversaciones. Al parecer, estaban esperando a los cinco que habían ido a la isla a explorar nuevamente. Tan solo eran nueve personas las que se encargaban de los robos y situaciones similares.
Así que mientras Mei, Tenten y Masaru vigilaban a los prisioneros que traían desde la isla, el resto se fue a capturar a los que quedaban y asegurarse de que no hubiese más. Ambas chicas y el Hyūga se dedicaron a conversar mientras tomaban té con algunos dangos que le habían preparado en una tienda cercana a su posada. Los ladrones seguían inconscientes, apilados en una esquina de la habitación, mientras ellos disfrutaban su rato de tranquilidad.
Cerca de las seis de la tarde, Gai, Lee, Jun, Neji y Shigeru aparecieron en la habitación con expresiones de cansancio. Dejaron a los cuatro tipos encima de los demás, y el pelirrojo dejó una gran bolsa negra junto a la puerta. Entonces, los cinco se dejaron caer alrededor de la pequeña mesita y empezaron a picotear de sus dulces.
—¿Qué hay en la bolsa? —preguntó Mei, viendo como Jun casi se atragantaba con los dangos de Masaru.
—Ffufelif ffinfunfanffus —dijo con la boca llena, ganándose una mirada confusa de los tres ajenos a la situación.
—Él quiso decir: papeles importantes —tradujo Neji—. Estos tipos tenían documentos con información sobre distintas Aldeas y ninjas, al parecer planeaban venderla a alguien, aunque no sabemos quién. Creímos que lo mejor sería llevarlo a Konoha para que investiguen la información. Podría tratarse de una filtración de información de parte de algún informante dentro de las Aldeas, lo cual no le conviene a ninguna.
—Vaya, pensar que estarían metidos en algo así —comentó Masaru sorprendido.
—A los idiotas solo les importa hacer dinero, no fe que fe forfrende —dijo Jun, volviéndose a colocar un dangos en la boca mientras rodaba los ojos.
Masaru lo golpeó en la nuca, ganándose una mirada irritada de parte del pelirrojo.
—¿Por qué me golpeas, Saru?
—No hables con la boca llena. Es asqueroso.
Jun volvió a rodar los ojos, tomando otro dango y masticándolo con la boca abierta cerca del rostro de Masaru. No se vio venir el golpe de parte del Hyūga en uno de sus puntos de chakra, dejándolo sin aliento.
—Eso dolió —masculló, dejándose caer hacia atrás.
—Dije que era asqueroso.
Todos, a excepción de Neji y Mei rieron divertidos de la situación. Esos dos eran bastante cómicos juntos, de eso no había dudas.
