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EPISODIO SIETE

¡Anfitrión ausente! ¡Habilidades culinarias descubiertas!

Los últimos días habían sido unos de los más complicados, climatológicamente hablando, para Sunagakure

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Los últimos días habían sido unos de los más complicados, climatológicamente hablando, para Sunagakure. El País del Viento estaba siendo sometido a una de las tormentas más persistentes de los últimos años, pues había pasado tiempo desde que había llovido con tanto ahínco en aquel desierto, mucho más desde que lo hacía tantos días seguidos.

La mayoría de los ciudadanos de Suna se encontraban en sus casas, recluidos sin poder hacer mucho más que compartir tiempo en familia o a solas. Gaara se encontraba encerrado también, compartiendo los días con Kankuro, ya que Temari se encontraba de misión fuera del País. Los tres se habían convertido en chūnin, por lo que sus misiones ahora eran más seguidas y, a veces, por separado.

La única persona que no pertenecía a Sunagakure, y que se encontraba actualmente compartiendo alojamiento en el Edificio del Kazekage, era Mei. La chica había sido enviada a entregar un documento a los altos mandos, y cuando se encontraba en el lugar completando su misión, la tormenta se había desatado. Llevaba tres días sin poder salir del lugar ni comunicarse con Konoha. La situación era un desastre. Ni siquiera había sido capaz de salir del lugar para conseguir una habitación en una posada, o más bien había sido persuadida por los dos hermanos para quedarse en una de las habitaciones extras que poseían. Ante su insistencia, más por parte de Kankuro que de Gaara, no había podido decir que no. Bueno, si debía ser completamente sincera solo había hecho falta que Gaara la mirara con sus ojos verdes y le dijera quédate para que su voluntad cediera.

Y esa era la historia de cómo había terminado conviviendo con ambos ninjas.

Además, debían agregar el hecho de que Gaara se encontraba completamente engripado, ya que el primer día había permanecido bajo la lluvia para asegurarse de que todo estuviera bien en la aldea. Así que ahora estaba con fiebre, dolor de cuerpo y sin poder levantarse de la cama.

Mei se sentía algo mal por el chico, pues parecía estarla pasando bastante mal. Por las noches podía oírlo toser y quejarse, estaba segura de que no había podido pegar ojo en todos esos días y por más que aquello fuera normal, no lo era el hecho de que el malestar fuese el culpable.

Por eso se encontraba en aquel momento en la cocina del edificio, después de haberle pedido permiso a Kankuro, preparándole a Gaara una sopa para que aliviara un poco su malestar. El castaño, quien se encontraba sin su gorro y pinturas, se mantenía a un lado de ella, observándola cocinar y olfateando el aire constantemente.

—Eso huele delicioso —exclamó, con un brillo en los ojos—. ¿Puedo comer también?

—Claro, estoy haciendo la cantidad suficiente para ambos. No te preocupes —explicó la Uchiha sin perder ojo en lo que hacía.

𝗙𝗘𝗘𝗟 𝗧𝗛𝗘 𝗣𝗔𝗜𝗡 | GaaraWhere stories live. Discover now