11. La cuarentena del 20

1.1K 46 5
                                    

Y así es, mi pseudorelación con Eva duró tres días contados. Fue ella quién rompió esa relación que nunca había empezado, nunca fui su persona especial. Tuvimos una sola conversación profunda durante esa cuarentena, en donde ella me echó en cara todas las mentiras, todos los secretos que había guardado y todos es momentos que compartí con Anaju y que nunca le hice saber.

Sin contacto físico y con tantas mentiras de por medio mi relación con Eva se fue oscureciendo. Intentamos quedar como amigos, mantener un vínculo, una cordialidad ya que tarde o temprano nos volveríamos a ver, pero acabamos perdiendo el contacto. Descubrimos que realmente lo único que nos ataba era el sexo y sin eso no había nada, nada de lo que hablar, de lo que reír durante horas. Nuestras videollamadas se convirtieron en conversaciones breves de WhatsApp, que se resumían en un "hola, cómo estás?".

Esos tres meses de parón me sirvieron para recapacitar, para darme cuenta de las cosas que había hecho mal. Sobre todo de esas que había hecho mal con Anaju. Nadie es capaz de imaginar cuanto la eche de menos. Nadie. Y por eso mi objetivo durante el confinamiento fue recuperar su confianza, que volviese a ser tan sólo mi amiga, porque yo tenía claro que algo más era imposible.

Le pedí perdón una y mil veces sobre mi comportamiento, sobre cómo me despedí de ella e hicimos video llamadas casi cada día. Nunca hablamos de sentimientos fueron nuestro tema tabú. En cambio, si hablamos de nuestros fans, de nuestro shippeo, de Anahug, pero evidentemente nunca nos pusimos a debatir sobre si tenían razón o no. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta que tan mal encaminados no estaban.

Reímos, cantamos, lloramos, hicimos de todo en esas videollamadas pero siempre manteniendo el vínculo de amistad, nunca nos atrevimos a ir más allá a través de una pantalla. Ella tenía miedo, miedo de que volviese a lo mismo, de que el fantasma de Eva volviese a aparecer y yo la entendía y no quería presionarla. Había conseguido recuperarla y me hubiese conformado con tenerla para siempre como amiga. Pero la realidad es que con esas videollamadas nos volvimos a enamorar. En realidad nunca habíamos dejado de estarlo, pero los sentimientos que habíamos olvidado, que habíamos borrado, en escasas semanas volvieron a florecer.

Fue durante esa cuarentena donde Alfred y Anaju cruzaron palabra por primera vez. Al principio fueron mensajes inocentes, sin importancia, como todos los que nos mandamos con otros concursantes de OT. Simplemente queríamos compartir nuestra experiencia con gente que nos pudiese comprender y que nos pudiese aconsejar. Anaju siempre había dicho que Alfred era de sus favoritos, así que empezó a hablarle por Instagram, igual que yo lo hice con Dave o con Alba Reche.

En esos meses encontré en Dave un gran amigo y ella lo encontró en Alfred. Eso es, sólo encontró un amigo (y al productor de su primer disco). No fue hasta años más tarde donde Alfred se convirtió en algo más. De hecho, durante esa cuarentena llegaron a hablar de mí, le dijo que mi estilo era muy parecido y que le gustaría que algún día hiciésemos una colaboración. Una colaboración que nuestras discográficas siguen buscando, pero él me odia y yo soy demasiado orgulloso como para aceptar reunirme en un estudio con la persona que me ha arrebatado al amor de mi vida.

A medida que se fue acercando la fecha de regreso a la academia Anaju y yo fuimos reduciendo las videollamadas. Fue ella quién empezó a distanciarse de mí. Esa distancia era miedo, miedo porque se acercaba el momento de hablar de sentimientos. Estábamos más enamorados que nunca pero no queríamos compartirlo, no queríamos que el otro lo supiese. Era nuestro secreto. Volvimos a construir unos muros, como aquellos que aparecieron después del 29 de febrero.

Me distancie de Anaju, aunque sería por poco tiempo. Pero en ese tiempo, sorprendentemente para todos, no fui a buscar a Eva. Nuestro vínculo había desparecido por completo, éramos completos desconocidos. Alguien pudo pensar que al volver a vernos, volveríamos a necesitar de ese contacto físico, pero la realidad no era así. Yo tenía claro que esos ojos azules no volverían a hipnotizarme, porque en ese momento todo lo que quería hacer era encontrar unas pupilas en unos ojos color azabache. Era la niña de la peca quién me tenía hipnotizado.

Con quién si intenté recuperar un vínculo fue con Rafa. No volvimos a ser mejores amigos pero aclaramos todo lo que había sucedido. Nos perdonamos, me habló de Eva. Él estaba enamorado pero se dio cuenta que era imposible en esa etapa. Eva y él eran compatibles en muchos aspectos pero no era su momento. Él quería una relación estable y ella era un espíritu libre. Aun así yo le prometí que nada volvería a pasar con Eva y no me creyó hasta años más tarde.

Soy yoWhere stories live. Discover now