31. Dos Meses Más

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HOY SUBIRÉ DOS CAPÍTULOS. EL PRIMERO ESTE MUY CORTITO Y EL SEGUNDO UNO DE MIS FAVS Y ENTONCES SOLO QUEDARÁN DOS 😭. ESTE ES CORTITO PERO NECESARIO PARA QUE ENTENDÁIS EN QUE SITUACIÓN ESTÁ HUGO.

Mi vida se convirtió en monótona. No tenía respuestas para nada y tampoco sabía si quería encontrarlas, temía encontrarlas porque me hundiría en la miseria, porque si la respuesta era negativa el resultado podría ser mucho peor. Ni el positivismo de Samantha logró sacarme del agujero negro en el que me encontraba. Sólo salía de casa para lo básico, trabajar, comprar y poco más. Salir a la calle era lo peor, tan sólo era capaz de fijarme en gente besándose, en gente entrelazando sus manos, en gente paseando con sus hijos, en gente feliz, en gente enamorada y correspondida. Lo que yo nunca sería. Todo el mundo parecía ser feliz, cuando en realidad no es así. En realidad una pareja se rompe cada cinco minutos. No era la única persona con el corazón roto, pero si me lo creía.

La noche del 15 de febrero me ahogué entre mis propias lágrimas. Me sentía tan fuera de lugar, un fantasma. Me sentía invisible. A alguien le importaba que me hubiesen destrozado? Gritaba en silencio, pensando que alguien sería capaz de escucharme, necesitaba ayuda pero no era capaz de pedirla. Día a día iba cayendo aún más al fondo del mar. La superficie cada vez estaba más lejos. Llegaría algún día a ella? O seguiría cayendo hasta que ya no quedase nada más? Era incapaz de ver una salida, de ver un futuro posible sin Anaju.

No quería rehacer mi vida, pero sabía que si no la rehacía en cualquier momento sería capaz de coger un puñado de pastillas y acabar con mi vida. Había aceptado que Anaju no sería mi compañera de vida y eso había sido de lo peor, porque no estaba preparado para una vida sin ella o simplemente no quería estarlo. Es evidente que no lo hice. Nunca llegué a intentar acabar con la tortura en la que se había convertido mi vida. Había algo que me impedía hacerlo. Supongo que alguna pequeña parte de mí esperaba un pequeño halo de esperanza. Y gracias a dios ese pequeño rayo de luz acabó llegando.

Durante los dos últimos meses cada día me he preguntado qué coño hice mal? O si hice algo mal tan siquiera? Mi vida se había convertido en un túnel sin salida, sin luz al final. O no. Quizás era yo el que se había parado en mitad del túnel sin querer ver la salida. Por la izquierda me adelantaban miles de coches, cada coche era un porqué. Cada coche era una pregunta que acababa en algún lugar recóndito de mi cerebro sin responder. Esas preguntas acabarían siendo respondidas. Ayer algo sucedió. Ayer encontré respuesta a todas esas preguntas.

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