18. Navidad, 2021

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Fueron nuestras primeras Navidades juntos, en familia, después del desastre del año anterior. Nos echábamos de menos, habíamos pasado dos semanas separados después del inicio de nuestras giras, así que queríamos aprovechar las Navidades para estar juntos y cumplir planes que aun no habíamos llevado a cabo. Las Navidades las pasamos en Alcañiz con toda su familia y todos juntos fuimos a conducir rallies, esta vez sí.

Aunque ya conocía a parte su familia desde nuestra etapa en OT, esta vez me tocó conocer a todos esos que aún no conocía, primos, tíos, abuelos,... La presentación oficial llegó un poco tarde, pero nuestras agendas no lo permitieron antes. Fueron cuatro días en Alcañiz, del 23 de diciembre al 26 y con solo ese poco tiempo me llegué a sentir uno más de esa familia. Eso sí, no recuerdo un día en el que se me hayan pasado tantos pensamientos por la cabeza y tan distintos como el momento en que me tuve que presentar a todos sus familiares al llegar a Alcañiz. Nervios, vergüenza, miedo, en algún momento también quise que me tragase la tierra.

Habíamos salido temprano (muy temprano) de Madrid, íbamos a ir a Alcañiz en coche, porque nos apetecía hacer un viaje por carretera. Maldita la hora en que pensamos que eso iba a salir bien, nos perdimos, dimos más vueltas que el 22 y llegamos por los pelos. Entendéis porqué quería que la tierra me tragara? Llegábamos tarde a la presentación oficial.

Suerte que Anaju es mi calma porque antes del momento besos con toda la familia cercana, lejana y más lejana me subía por las paredes. No sólo me preocupaba llegar tarde sino lo pensasen de mí. Personalmente no me conocían, pero yo tenían una impresión hecha sobre lo que habían visto de mi en televisión y sobre todo, sabían que había hecho daño a Anaju antes.

Después de la presentación oficial tocaba la primera de las muchas comidas que compartiríamos durante esas cuatro comidas. Si algo nunca le ha faltado a Anaju y su familia es sentido del humor, y desde el primer minuto me lo demostraron. Yo creo Pablo, uno de los primos de Anaju, aun se ríe de la cara que puse cuando me dijeron que me tocaba comer en la mesa de los niños, evidentemente era broma. Pero en ese momento, queriendo contentar a todo el mundo, yo me senté en la mesa de los niños y actué como si fuera lo normal. Cuando se acabó la comida Anaju me llevó hasta nuestra habitación y una vez allí sólo se rio de mí a carcajada. Tardé poco en unirme a sus carcajadas, riéndome de mí mismo y de risa, la más contagiosa del mundo.

Al día siguiente fuimos a los rallies y ahí es donde me metí en el bolsillo a su familia, una familia que hacía tiempo que no quería saber nada de mí. El único con el seguía hablando alguna vez era Pablo. En los rallies no sólo compartí coche con Anaju, también lo hice con su tío Juan, su prima Julia y su tía Carmen. Me olvidé de la timidez y la vergüenza que me causaban mis nervios y me íntegre rápidamente en la familia. Esos días Anaju estuvo más feliz de lo normal y pocos días más tarde me explico el porqué.

- Sabes que les has caído muy bien? - me dijo interrumpiendo uno de nuestros silencios cuando estábamos en la carretera de vuelta a Madrid.

- Estaba cagado. Tú y yo tenemos un historial, bueno más bien dicho yo lo tengo, y no sabía como me iban a recibir. - dije mientras mantenía la vista en la carretera.

- Quizás hace un año te hubiesen matado, pero no son rencorosos. Si soy feliz ellos también lo son. Supongo que cómo en todas las familias no? - suspiró.

- Pero estaba nerviosa - añadió Anaju después de un rato en silencio. - Mi ex nunca llegó a encajar en la familia, nunca hubo problemas, pero simplemente él iba a su rollo. Para mí, mi hermana, mis padres, mis primos, mi familia, son muy importantes y quería que encajaras, porque tú también eres mi familia y también eres importante para mí. Quizás lo más importante que tengo ahora mismo. - Ante esta confesión, aproveché que estábamos parados debido al tráfico para desviar la vista de la carretera y darle un breve pero dulce beso.

Ese año pasamos nuestro primer fin de año juntos en Madrid y los reyes los celebramos en Córdoba. Ella no tuvo ningún problema por integrarse en mi familia, ya la había conocido hacía tiempo y siempre la habían querido más a ella que a mí. Sobre todo mi madre, que desde el día en que lo dejamos no ha dejado de recordarme la mujer que había perdido. A veces parecía que la ruptura le dolía más a ella que a mí.

Soy yoWhere stories live. Discover now