26. 29 de Octubre, 2027

769 50 27
                                    

Ese sábado la esperaba en el Parador de la Granja, ese hotel de la sierra Madrid que había presenciado todos nuestros encuentros de los últimos dos años. Cada fin de semana de final de mes nos encontrábamos en la habitación número 29 de ese hotel y dábamos rienda suelta a nuestra pasión. Cada fin de semana se quedaba en sólo sexo apasionado, pero yo quería más. No sabía si ella lo quería, pero yo necesitaba que esas dudas desaparecieran. Si me tenía que conformar con tan sólo su amistad el resto de mí vida lo haría, si me tenía que conformar con tenerla entre mis manos sólo una vez al mes lo haría, pero no podía seguir con la duda, no podía dejar sin empezar la segunda parte. Así estaba el 29 de octubre de 2027, esperando a que Ana Julieta entrase por la puerta, que como siempre llegaba 20 minutos tarde.

Entró por la puerta y fui directo a buscarla. Mis manos cogieron sus caderas para atraerla hacia mí y mis labios buscaron su boca, como cada sábado de final de mes. Pero esta vez sus labios me rechazaron, por primera vez en siete años me rechazaban, por primera vez desde ese encuentro en el Wanda Metropolitano donde Anaju me dijo que nunca rechazaría uno de mis besos.

Anaju dejó el pequeño equipaje en el suelo y se sentó en el borde de la cama. Hice lo mismo. Estuvimos un rato en silencio, no entendía lo que sucedía, hasta que Anaju mencionó las temidas palabras que hacen tambalear cualquier relación:

- Tenemos que hablar - se giró y volvió a repetir la mismas palabras, esta vez mirándome a mí - Hugo, tenemos que hablar.

- De qué? - pregunté sorprendido

- No podemos seguir así.

- Así cómo?

- Viéndonos a escondidas para follar.

- Llevamos haciéndolo dos años - estaba completamente perdido en la situación. A lo mejor era ella quién iba a decir lo que yo tenía pensado decir antes de llegar a aquí. O a lo mejor estaba a punto de llevarme la mayor ostia de mi vida.

- Tenemos que parar Hugo, estoy viendo a alguien. - Pues era la segunda opción, me acababa de llevar la ostia más grande de mi vida.

- Y qué? Cuántas veces hemos estado viendo a alguien y seguíamos viéndonos? Somos incapaces de parar. - Intenté reconducir la situación. No es por ser egoísta, pero no podía creer que hubiese encontrado a alguien que le hiciese sentir lo mismo que le hice sentir yo durante siete años.

- Hugo esta vez es distinto. Me gusta de verdad, vamos en serio y no quiero hacerle daño.

- Quién es? Lo conozco? - Estaba celoso pero no quería que se diese cuenta, quería sacarle toda la información posible, ya luego vería si continuaba o no con mi plan.

- Hugo, por favor no lo hagas más difícil. - Me alteré, me levanté y empecé a andar por la habitación mientras pasaba las manos por mi pelo. Por qué no quería contármelo? Quién coño era esa persona misteriosa que no quería nombrarme?

- Qué más da! - Quizás grité un poco. Eran celos pero también era enfado. Por qué no quería contármelo si nos habíamos convertido en grandes amigos? Los amigos se cuentan estas cosas, que yo sepa.- Si tarde o temprano apareceréis en las revistas del corazón.

- Es Alfred. - Y salió el gordo. Por eso no quería contarlo. No quería que supiese que se estaba follando a mi enemigo público número 1.

- Pero si estaba con Amaia! - Sabía completamente que lo habían dejado por segunda vez, siendo portada del Hola! por segunda vez, pero me hice el tonto. Aún así continuaba alterado, estaba al borde de la taquicardia. Debía relajarme si quería fingir no estar celoso. Aunque claro, el puto Alfred me ponía el acting un pelín más complicado.

- Ya no. Lo dejaron hace tres meses. - Notaba enfado en su voz, supongo que mi estado de alteración le tocaría un poco las narices.

- Pero si era tú amigo. Lleváis siendo amigos una eternidad y media! Parecíais hermanos. Por qué ahora? - Estaba completamente sorprendido. Si se conocían hacía siete años como es que la atracción no había surgido hasta entonces?

- Hugo cálmate por favor! - Vale sí, estaba enfadada y daba miedo. Debía calmarme o íbamos a acabar mal.

- Me calmo, me calmo, pero cuéntamelo todo, ahora supongo que seré yo tu mejor amigo, tendrás que contarme tus dramas con Alfred, no? Igual que a éste le contabas nuestros dramas. - Estaba entrando en la faceta de amigo comprensivo.

- Pero no estás celoso? - Porqué iba a estarlo si éramos sólo amigos? Pero si lo estaba, aunque, obviamente no se lo iba a hacer saber.

- No, soy tu amigo, siempre hemos sido amigos desde el reencuentro. - La mayor mentira que he contado en mi vida? Probablemente. - Voy a echar de menos follar contigo porque eres una puta diosa en la cama, pero no estoy celoso. Para nada. Ahora, por favor puedes contarme como ha sucedido semejante incesto. Por cierto, el segundo incesto en tu vida, hermanita de sangre. - Guiñé el ojo recordando uno de esos días en la academia y ambos nos reímos. Parecía que el acting estaba surtiendo efecto.

- En serio no estás celoso? - Ahora me doy cuenta que quizás ella quería saber la verdad. Quería que le dijese que estaba celoso, que la frenase, que le dijese que lo de Alfred era una estupidez, que nuestra historia necesitaba una segunda parte. Pero no lo hice, en ese momento quise hacerme el chulo y aparentar una completa ignorancia hacia esa relación.

- No, joder, cuéntamelo!

- Ya te lo cuento pesado. Él lo dejo con Amaia a principios de Agosto. Él estaba en la mierda, le había vuelto a poner los cuernos, por eso me fui para Barcelona. Él estaba sólo ahí y necesitaba apoyo. De verdad que sino llegó a intervenir capaz hubiese sido de tirarse por un puente. Bueno, quizás estoy exagerando, pero estaba hundido en la miseria. Pasamos días encerrados en su estudio, comíamos helado de chocolate y veíamos comedias románticas adolescentes. Empezamos a componer, bueno él componía y yo le ayudaba. Al principio todo eran canciones de desamor, todas relacionadas con Amaia, esa que cantaste en OT, Comunicado Oficial, se quedaba corta. Pero fueron pasando los días y su herida fue sanando y la temática de las canciones fue cambiando. Igual que fue cambiando nuestra relación. Sus canciones dejaron de hablar de Amaia, hablaban de mí y mis aportaciones a la letra ya no eran abstractas, eran concretas, él empezó a ser mi inspiración. Hace poco más de un mes nos besamos por primera vez y nos hemos estado viendo desde entonces y vamos en serio. - Estaba jodido, muy jodido. Porqué sí, contra todo pronóstico parecía que me estaba superando y se estaba pillando de otro. En ese momento abandoné el partido. No iba a ser yo quién se metiese en medio de esa relación. Tuve que aprender por las malas que los cuernos y los engaños no eran algo correcto y no iba a volver a ser el mismo gilipollas de hacía siete años. Me convertí en su mejor amigo y punto, esperando que algún día esa relación fracasase, esperando al que iba a ser nuestro momento. Porque estaba seguro que ese momento llegaría, pero no llegó.

- Te ha pedido ya que seas su novia? Tan en serio vais?

- Hugo no hace falta que nos etiquetemos para que sepa que no quiero estar con otro que no sea él.

- No sé porqué no me acaba de convencer lo que dices, pero bueno si te das la ostia mi hombro estará esperando para que le llores.

- Qué hacemos entonces?

- Dormir y ya mañana nos despedimos del recepcionista, que seguro nos echará de menos.

Me quedé con la duda, porque en ese momento parecía no haber duda para ella. Lo dejé estar, ella era el amor de mi vida, pero quizás yo no era el suyo. Era totalmente lícito y debía aceptarlo. Pero ayer algo cambió, algo noté. Por eso compré el vuelo a última hora. O hablaba ahora o callaba para siempre. No me iba a ir con esa duda, que me perseguía desde agosto de 2025, a la tumba, no lo iba a hacer.

Soy yoWhere stories live. Discover now