capitulo 20

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—Bien ¿recuerdas al novio que tuve en mi pueblo natal? —él asintió—. Él me obligó a hacer un trio con su hermano para evitar que mi padre fuera a la cárcel, y no miento cuando le digo que es una experiencia que no estoy dispuesta a volver a vivir.

Tadeus me miró, no tenía una sonrisa en su rostro como era normal y su ceja estaba muy levantada.

—Eso es lo que más me molesta de algunos hombres —dijo acercándose—. Toman un algo tan bello como el menage y lo vuelven un acto de animales, comprendo ahora porque tu negativa acerca de mi propuesta pero ¿No estás dispuesta a darle una segunda oportunidad?

—Por supuesto que no —le asegure—. Chris me da todo lo que quiero.

—¿Y tú le das a él todo lo que él quiere? —preguntó mirando su reloj.

Me disponía a responderle con una gran palabrota cuando mi teléfono sonó, él aún lo tenía en su mano así que miró la pantalla.

—Un tipo llamado Cristo te está llamando —dijo entregándomelo.

—Hola hermana ¿Qué sucede? —pregunté inmediatamente respondí la llamada y riéndome en mi interior por la cara de confusión de Tadeus.

—Hubo un señor escandalo ¡Si tan solo estuvieras aquí! —dijo con algo de alegría.

—¿Qué sucedió? —ahora la confundida era yo.

—Resulta que el señor Samuel le había pagado a todos los periódicos locales para que no publicaran una estafa que había hecho al banco, al parecer él y su esposa estuvieron robándole dinero al banco por años y un movimiento en falso los delato, pero al parecer la policía se enteró de esto y obligo a los periódicos a publicar la noticia.

—¿Todo eso en dos días? —pregunté sorprendida.

—Mamá está mega decepcionada con Gordon ahora, su candidatura se fue al diablo, David ni siquiera aparece y sus padres están a nada de pisar la cárcel.

—Por favor dime que esto ha hecho recapacitar a mamá —le pedí viendo como Tadeus revisaba mis obras personales, las cuales estaban colocadas contra una pared.

—Más o menos, todavía tiene sus dudas, Luke si estaba furioso y se niega a si quiera dejarte entrar.

—Él y su terquedad —dije negando con la cabeza—. Bien, escríbeme si pasa algo.

—Está bien, nos vemos.

—Así que su hermana, Cristiana, debí suponerlo.

—¿Qué haces? —pregunté viendo mi reloj, faltaban diez minutos para las dos.

—¿Son suyas? —yo asentí—. Son muy buenas ¿Por qué las tienes acá?

—Estoy esperando ofertas en Ebay —dije agarrando el plástico para colocármelo—. Por ahora tienen que esperar acá.

—¿Por qué no las exhibes?

—Que trabaje para Marssel no quiere decir que ella me vaya a prestar el lugar gratis —acerqué la banca al lienzo—. Y tengo muchas cosas en que pensar como para gastar 5.000 un dólares en un lugar.

Lo miré y él parecía algo sorprendido.

—¿Qué?

—Nada, suponía que le pedirías a Chris ayuda.

—Ni loca —dije rápidamente mientras destapaba las pinturas—. Él ni siquiera compra mis obras.

—Es grato hablar contigo ¿Lo sabias? Siempre hay algo de qué hablar.

Dominado por FaithWhere stories live. Discover now