capitulo 58

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Estaba sentada sobre mi cama con una taza de té de menta en mi mano, una bolsa térmica sobre mi vientre y tres pares de medias cubriendo mis helados pies, el cólico me estaba matando, me estaba desangrando y tenía que esperar a la mujer de la droguería para que me inyectara, alguien golpeó la puerta y yo caminé sin animo, la abrí y Tadeus estaba ahí.

—Entra que estoy a nada de desmayarme —le ordené caminando hacia el cuarto.

—Pareces un maldito fantasma —dijo entrando detrás de mí.

—¿Qué sucedió?

—Le dije que tú eras muy buena en tu trabajo y que me parecía un castigo excesivo por dos horas de ausencia, que si debía culpar a alguien debía ser a Chris por desear pasar su cumpleaños al lado de su novia y a mí por apoyarte aun sabiendo cómo era ella con el horario ¡Ah! Y le mencione que fuiste a trabajar con influenza, creí que eso te daría puntos.

Yo hice un gesto de dolor y solté un quejido cuando un fuerte calambre me atacó y eso pareció molestarle un poco.

—¿Tienes que gemir de esa forma frente a mí? —preguntó con una ceja levantada.

—Cállate —le espeté—. ¿Qué te dijo?

—Dijo que lo iba a pensar y que si cambiaba de opinión te llamaría.

—Bueno, eso es algo.

Alguien tocó la puerta y yo miré a Tadeus.

—¿No piensas abrir? —le pregunté.

—¿Soy tu mayordomo acaso? —preguntó con él ceño fruncido.

—Tadeus, por favor abre la puerta.

Él puso los ojos en blanco y la abrió, la enfermera del piso de abajo entró con una sonrisa al ver el atractivo hombre y después me miró.

—Hola Faith ¿Lista para tu inyección? —preguntó ella apareciendo en el cuarto junto con mi fastidioso acompañante.

—¿Inyección? —pregunto Tadeus confundido.

—No quiero un mini Chris ahora mismo —respondí de mal humor mientras me daba la vuelta—. Ahora sal del cuarto.

Escuché sus pasos alejándose y esperé la inyección, después de eso tuve que soportar a Tadeus intentando ligarse  a la enfermera desde la sala, me estaba muriendo de hambre y Chris no dejaba de mandarme mensajes dándome ánimos por los cólicos.

—Será mejor que me vaya, tengo cosas del negocio que solucionar.

—Gracias a Dios —dije arrojándome a la cama y cubriéndome con mi sabana.

—Por cierto, nunca te lo dije pero te felicito, se nota que das buenas mamadas.

Yo levanté la cabeza y lo miré con los ojos abiertos como platos.

—Si, los vi el día del huerto —me aclaró con cierta picardía—. Hiciste venir a mi amigo en menos de cinco minutos con tu boca, eso es un logro.

—¡No repliques eso de esa forma! —le exigí avergonzada y roja como un tomate.

—A veces ya ni reconozco a Chris, no es el tipo frío que vi por años y supongo que debo felicitarte.

—¿Por qué?

—Porque por primera vez desde hace diez años conozco la personalidad de Chris a flor de piel y eso es gracias a ti, y admito que me agrada este nuevo Chris, aún no me simpatiza del todo que se haya quedado contigo pero —Tadeus soltó un suspiro—. Ya lo estoy digiriendo.

Dominado por FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora