capitulo 32

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Cuando llegué a casa eran casi las cuatro de la tarde y Chris me estaba esperando, me despedí de mi madre y de Cristiana prometiendo que vendría a enseñarle a cocinar y ella aceptó encantada, mientras íbamos en el ascensor del hotel directamente a la suite Chris me tenía fuertemente agarrada de la cintura apretando mi cuerpo contra su erección.

—Así que eso es lo que traías para dormir conmigo —dijo a mi oído—. Qué astuta.

—No traía eso para dormir contigo, era por si acaso alguien llegaba a interrumpir, sabes que prefiero dormir contigo sin nada.

El ascensor se abrió y rápidamente fui cargada hasta la habitación.

—¿Qué has sabido de Gordon?

—Lo tienen rastreado, tomaron un autobús hasta un aeropuerto, tomaron un vuelo a Texas y en este momento la policía los están esperando en el aeropuerto.

Chris me arrojó a la cama y se colocó sobre mí.

—¿Qué me harás? —pregunté acercándome a su boca.

—Yo—

El teléfono de la habitación lo interrumpió, se levantó de mala gana y contestó el teléfono, los Charles habían sido capturados y ahora sus abogados estaban haciendo todo lo posible para solicitar un que los trasladaran urgentemente a Sant Mark, eso significaba que Chris tendría que irse y yo me quedaría sola acá.

Me desvestí, me coloqué esa diminuta pijama y me arrojé a la cama, sentía el cuerpo tan pesado y mi cabeza me dolía por los golpes y la frenética mañana que tuve, cerré los ojos un momento, me acosté boca abajo y caí dormida.

Un fuerte y duro manotazo en mi glúteo me levantó de golpe haciéndome chillar, me senté y me di la vuelta para encontrarme a Chris con una enorme y pícara sonrisa en su rostro, su cabello esta mojado y tenía una bata de baño puesta.

—Eso dolió —me quejé acariciándome la nalga.

—Claro que te dolió, te di con todas mis fuerzas —dijo colocándose de pie para traer una bandeja con comida, huevos revueltos con tocino, inmediatamente mi estómago se contrajo de hambre.

—¿Y por qué hiciste eso?

—Porque estabas durmiendo de una forma tan provocativa que si hubiera entrado alguien diferente a mí lo hubieras excitado inmediatamente —dijo colocando la charola sobre mis piernas.

—¿Por qué entraría alguien más? —pregunté con el ceño fruncido antes de llevarme un trozo de tocino a la boca.

—Se puede dar la situación, ahora come —me ordenó.

Después de comer me escondí con Chris debajo de las sábanas, me acosté sobre él y las cosas se colocaron un poco calientes cuando nos comenzamos a besar, sus manos recorrían tan suavemente mis muslos hasta mis nalgas levantando despacio la tela de satín de mi pijama, mi lengua comenzó a acariciar sus labios y mis manos a despeinar su ahora húmedo cabello, sus dedos agarraron el elástico de mi pantalón y lentamente lo deslizó hacia abajo descubriendo que la diminuta tanga que tenía puesta en la mañana había desaparecido.

—Extraño que me sometas ¿Sabes? —dije contra sus labios.

—El otro fin de semana —me dio un beso—, nos iremos a Nueva York el viernes en la noche —otro beso—, llegaremos el sábado en la mañana —otro beso—, y nos encerraremos en ese cuarto por horas hasta el domingo en la tarde —otro beso—. Y te dejaré tan adolorida que apenas si podrás soportarlo...

—¿Entonces debo preparar esa lencería que te compré hace tiempo?

—Eso sería la cereza del pastel.

Dominado por FaithWhere stories live. Discover now