capitulo 69

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El señor Chris McGregor primero falleció a las once y cinco de la mañana, su corazón simplemente se detuvo y ya nada pudo despertarlo de su sueño profundo, como petición su cuerpo fue cremado y su urna colocada en el columbario familiar, no hubieron autopsias ni velorios, simplemente fue cremado y ya.

Nos encontrábamos reunidos en la sala principal, todos intercambiábamos miradas, nadie sabía que decir, el silencio ya no era tenso, era pesado y triste.

—Bien, creo que es la hora de que cada uno vuelva a casa —dijo Mika colocándose de pie.

—El abuelo apenas lleva un día muerto ¿Puedes respetar eso? —le pidió Tomas de mal humor.

—¿Qué hacemos aquí? Nada, vernos las caras largas y tratando de soportarnos los unos con los otros, no tiene sentido que estemos aquí.

—Para ti no lo tiene, pero para nuestra familia si lo tiene —el señor McGregor se colocó de pie—. No solo era el abuelo y tu chequera ¡Era mi padre! ¡¿Me vas a echar de la casa solo porque mi padre la dejo a tu nombre?!

—Calma Chris, no me refiero a eso, estoy agotada ¿bien? Estoy agotada de atenderlos y de... de todo, solo váyanse, reclamen lo suyo y después nos reuniremos.

—Nadie te pidió nada de esto —le aclaro Fran con rabia—. Nadie te pidió que hicieras de las últimas horas del abuelo una fiesta.

—¡Solo quería que el ambiente fuera tranquilo y alegra! Creí que eso mejoraría su salud.

—¿Y pensaste en eso mismo antes de prohibirle a la sirvienta que lo sacara de la habitación mientras estuviéramos aquí? —Le espetó Tomas colocándose de pie—. ¡Éramos su familia pero apenas si pudimos verlo por tu culpa!

—¡Fue por su salud! ¡Ustedes con sus actitudes y sus egos! ¡Todo eso hubiera adelantado lo inevitable!

—¡¿Acaso sabias que se iba a morir?! —gritó el señor McGregor acercándose a ella.

Mika retrocedió apretando los labios.

—El doctor me comentó que no le quedaba mucho tiempo.

El señor McGregor soltó una risa amarga.

—¿Y no consideraste pertinente decirle a su propio hijo eso antes? ¡Es un maldito chiste!

—¡Era por su bien! ¡Solo traté de protegerlo! —Se excusó la mujer—. ¡¿Qué vienen ustedes a reclamar?! Tuvieron todo este tiempo para venir a verlo y ninguno fue capaz.

—¿Ninguno? —El padre de Chris volvió a reír de manera sarcástica—. Disculpa, invite a mi padre a cada reunión que pude.

—Mandabas tus invitaciones como dos días antes del evento ¡Debía reorganizar su agenda solo por ti!

—¿Qué ocupada agenda podía tener un anciano de noventa años que a duras penas podía respirar por si solo? —le preguntó Tomas.

—Muchas cosas aún estaban a su nombre y él debía firmarlas —les aclaró la mujer molesta.

—¿Y qué le costaba firmar un poder y ya? Oh cierto, que el abuelo ya no confiaba en ti —se burló Fran.

—¡Vete al diablo! —le gritó la mujer.

—¡Que boquita! ¿Dónde quedo tu pulcra educación?

—No juegues conmigo, Fran.

—¡Silencio todos! —El padre de Chris se interpuso—. Esto es lo que vamos a hacer, vamos a cenar hoy en familia, una última cena y mañana temprano nos vamos, yo también estoy agotado, Mika, muy agotado y no voy a subirme a un auto hoy, así que o nos aguantas o te vas.

Dominado por FaithWhere stories live. Discover now