capitulo 53

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Cruzamos la puerta y entramos al solitario lugar, seguimos a la chica hasta otra puerta y cuando la abrió los ojos de Chris se iluminaron, resulta que el restaurante tenía escondido un balcón que daba la vista la ciudad, eran las cinco treinta de la tarde y para mi suerte hoy el sol había decidido aparecer brindándonos un bello atardecer, una mesa en medio del balcón y dos sillas mirándose de frente estaban perfectamente acomodadas, eso significaba que el restaurante sería solo para nosotros hoy.

—¿Ustedes organizaron esto? —preguntó él muy sorprendido caminando hasta el barandal.

—Fueron los dos días más horribles de mi vida —respondió Laila—. Nunca había trabajado tanto para limpiar un lugar pero...

—¿Pero? —Chris la miró con una sonrisa mientras me abría la silla.

—Pero es la primera vez que te vemos tan feliz y sé que esta muchacha es la razón —me señaló—. Así que ¿Por qué no?

—Gracias Laila, todo te quedo hermoso —le sonreí.

—Bueno bellos, los dejo, un mesero vendrá en un momento.

Chris me miraba con una tonta sonrisa en su rostro mientras su pie chocaba con el mío debajo de la mesa.

—¿Cómo supiste que Laila era decoradora? —preguntó agarrando mi mano por encima de la mesa.

—Solo tuve que buscar su nombre por internet, le comenté que quería hacer algo especial para ti y ella se ofreció sin dudarlo.

—Este lugar es hermoso —dijo mirando hacia el balcón—. ¿Cómo supiste de esto?

—Cuando venía de camino a Nueva York lo vi y me pareció hermoso pero un poco descuidado así que le propuse a Laila apartarlo y arreglarlo.

—Me encanta este lugar y me encanta estar acá contigo —apretó mi mano.

Durante la cena y cuando el sol se escondió del todo los bordes del barandal del balcón se iluminaron al igual que la lámpara que se encontraba encima de nosotros, inmediatamente terminamos de comer una suave música de jazz empezó a sonar y para mi sorpresa él me invitó a bailar.

—la ultima vez que bailamos no terminó bien.

—para nada bien...

—Faith —posó su mentón sobre mi hombro y acerco sus labios a mi oído—. Te amo ¿Lo sabias?

—Sí, ya lo sé...

—Y que eres lo más maravilloso que tengo en mi vida en este momento ¿Lo sabias?

—¿En serio lo soy? —pregunté algo sorprendida.

—Claro que lo eres, Faith, tu eres la definición exacta y precisa de la mujer perfecta para mí y aún me castigo a mí mismo por haberte dejado ir por un tiempo —chocó su frente contra mía—. Ahora me cuesta imaginarme la vida sin ti.

—No te castigues por eso —le dije tratando de borrar esa pequeña expresión de tristeza de su rostro.

—Cuantas noches desperdicie, cuántos besos me perdí —ahora sonaba un poco más serio—. Todo por esas absurdas reglas.

—Pero piénsalo de esta forma, si no hubiera sido así estoy segura de que no me hubieras besado con tanta pasión como la primera vez que lo hiciste y tampoco hubieras dormido tan bien conmigo como la primera vez.

—Siempre te besaré con la pasión que tus labios lo ameritan, Faith.

—¿Y por qué no lo haces ahora? —me acerqué un poco a sus labios.

Dominado por FaithWhere stories live. Discover now