capitulo 50

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—¡¿Qué?!

—¡Sí! Eso es lo que dicen los periódicos de acá ¿No sabes nada?

—¡No! Pero definitivamente tengo que preguntarle a Chris sobre ese asunto.

—Sería bueno que preguntes porque eso nos preocupa, aún hay gente que apoya a los Charles incluyendo a nuestro padre.

—¡Ni me lo recuerdes por favor!

Cuando colgué el teléfono miré a Chris, quien me observaba expectante.

—¿Sabías que los Charles saldrán de la cárcel?

Chris me miró confundido.

-¿Qué?

—Eso me dijo Cristiana, los periódicos en Sant Mark lo aseguran.

Chris soltó un suspiro, se notaba que estaba cansado por ese tema.

—Que yo sepa no ha pasado nada extraordinario, tengo entendido que Samuel se va a declarar como único culpable pero según los abogados eso no es permitido.

—¿Y por qué los periódicos dicen eso?

—Supongo que quieren presionar a la justicia de Sant Mark, sabes que los Charles tienen aún poder en ese lugar.

—Eso es cierto —suspiré—. Esperemos entonces.

Faltaba una semana para el cumpleaños de Chris y estaba como loca mirando en internet algún buen regalo para él pero ¿Qué podía regalarle a un hombre que prácticamente lo tenía todo? No tenía idea, ya había terminado la pintura del bebé y la mujer quedó tan encantada con la pintura que prometió traer más fotos para que yo las retratara, había ganado una buena comisión por ese trabajo y lo mejor es que varias de mis pinturas se habían vendido bien por internet así que económicamente me estaba acomodando.

A medio día me reuniría con la madre de Abigail y estaba espectadores acerca de lo que quería, además el hecho de que Tadeus siguiera invadiendo mi espacio personal para hacerme ceder me colocaba nerviosa pero Marssel se veía tan encantada con su presencia que al parecer no le importaba que el idiota estuviera husmeando por los rincones.

—Faith...

Brinqué inmediatamente al escuchar la voz de Gilian.

—¿Qué sucede? —pregunté asustada.

—¿Viste la hora? Son las doce y diez.

—¡Rayos! Es cierto...

—¿Estás bien? Te veo un poco ojerosa —preguntó ella con preocupación.

—¿Qué le regalas a un hombre al que no le falta nada en la vida? —le pregunté mientras recogía mis cosas.

—¿Buen sexo?

—Eso tampoco le falta...

—¡Oh! Entonces estás en líos —dijo ella sonriendo mientras salimos del lugar—. No lo sé, tu novio se ve tan reservado que me cuesta pensar en algo.

—Dímelo a mí, a veces lo quedo mirando y me pregunta "¿Qué?" y yo estoy así como que "no sé qué darte de cumpleaños, maldito idiota"... es frustrante.

Gilian empezó a reír como loca.

—Ustedes son tan lindos, en fin, nos vemos a medio día.

El restaurante Sabroso era tan gourmet que me sentí avergonzada por mi ropa de trabajo apenas entré, la señora Jones se veía tan elegantemente sentada frente a la mesa que la incomodidad bañó mi cuerpo, la saludé con una sonrisa y tomé asiento frente a ella.

Dominado por FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora