Andrea Pindter tenía la vida perfecta unos amigos envidiables y un novio que la quería un montón, pero
¿Qué posibilidades había de que sus padres gays se encontraran entre 3,99 millones de personas y decidieran iniciar una relación sentimental?
¿Q...
Julia y Andrea cantaban a la par que bailaban a tope en la fiesta que con mucho éxito habían organizado.
Sin duda no dudaría que entraran algún día, de alguna manera, en un libro de historia. Aunque fuera porque en un futuro sus padres compraron una y ordenaron a incluirlas en la historia de Estados Unidos.
—¡¡¡Yeah I got the fire ah yeah ah yeah ah yeah yeah ah yeah ah yeahhh...!!!—se miraron bastantes sincronizadas—¡¡¡¡Fuego!!!!—gritaron con más fuerza, bailando luego al ritmo del clímax de la canción, mientras todos y todas las seguían, yendo a lo suyo algunos, y la mayoría haciendo un coro alrededor de unas de las chicas más populares del Anchor Beach.
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Andrea rio negando con la cabeza y vio a lo lejos a una quieta Rebecca Buzzoni, que no dejaba de mirar su vaso.
A la que les presento a continuación, no sean ansiosos por favor.
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Tenía dieciséis años y era una chica bastante interesante, feminista y una ratita de biblioteca realmente entrañable, sentía una gran repulsión por Aaron y este tiene un crush con ella, lo cual era bastante irónico.
Al momento Aaron, que había conseguido colarse (como era de esperar) junto con Mike, se acercó a Rebecca por detrás para darle un susto, lo que no era muy lógico, pero era Aaron, nunca había hecho nada lógico en su dieciséis años de existencia.
Julia dejó de bailar en seco, al parecer no había notado la presencia del cabezón pero sí la de su hermano mellizo.
—¿¡Qué hace Michael aquí?!— bufó Julia casi al borde del colapso caminando a toda velocidad hacia Andrea que tampoco se había dado cuenta de su presencia.
—No lo sé—confesó— Pero, ¿Le vamos a echar?
—Obvio.
Avanzaron hasta Mike que se chocó con Liliana Jonas, una chica del junior.
Ambos se miraron y compartieron algunas palabras y ahora también la presentó.
