Huyendo del amor.

¿Cuándo vamos a ser honestos?

Capítulo 18.

Martes 24 de marzo del 2020.

Ese día en el Anchor Beach no había sido uno de los buenos.

Aaron y Lisa seguían bastante tristes y sin ganas de levantar cabeza.

Víctor estaba muy preocupado por Aaron y además había suspendido un examen de historia mundial.

Mike estaba demasiado dolido por todo, inclusive por la derrota de los estatales.

Bueno, los demás solo estaban sumergidos en esa bola de caos y destrucción en la que estaban apunto de meterse Andrea y Julia, iban a discutir.

Antes del entrenamiento de Andrea quedaron para merendar en su lugar favorito, ese era el día libre de Ashton y Julia después de ver a su mejor amiga iría a su piso.

La de metro setenta y cinco comenzó a contarle a su mejor amiga como en mayo planeaba llevarse a Ashton a ver a su familia Londres, algo que parecía un buen detalle pero a Andrea ya toda esa situación la tenía mosca.

No era la primera vez que su amiga le hacía un favor demasiado grande a su queridísimo novio y quizás las intenciones del joven no le parecerían tan buenas, era mayor y sin duda eso podría hacer que muchos problemas pudieran venir a la vida de Julia.

—Julia—llamó la atención de su mejor amiga—No crees, ya sabes, ¿Qué has hecho demasiado por él?

—Pero es que es mi novio—contesto—Si hay algo con lo que no puede lo ayudo y cuándo hay algo con lo que yo no me ayuda también, más que nadie deberías saber que así funcionan las parejas.

—Ya—asintió—Pero ¿No te parece un poco excesivo?—arqueo las cejas—Es decir, me parece muy conveniente que lleve un mes lloriqueando por unos parientes a los que no suele nombrar.

—¿Qué insinúas Andrea?—bufó, que estaba entendiendo por el camino que quería ir su mejor amiga.

—A ver, Ashton es de los Águilas, no es un secreto—comento provocando que su mejor amiga asintiera—Y no sé, esos tíos no se caracterizan por hacer cosas buenas.

No lo digas Andrea, por favor.

—¿Qué tal si estar contigo no es solo una de los planes de esta gente?

Y lo dijo, puta si que lo dijo.

Julia se molesto bastante y normal.

Aunque fuera una tía súper segura conocía de buena mano que ocultaba una pequeña inseguridad, que la gente no la quisiera por quién era ella, si no por su apellido y su dinero.

—Claro, porque nadie me puede querer por quién soy yo ¿No?—se cruzó de brazos—Solo me pueden querer por mi dinero y por lo que puedo aportar, ¿Verdad Andrea?—alzó una ceja bastante furiosa—Porque claro, no todas podemos tener al novio perfecto como lo es Víctor ¿No?—rio—Pues que sepas que él tampoco es tan perfecto y yo no ando metiendo cizaña entre ustedes, además de que cuándo hago esas cosas por ti no te quejas, no te quejas cuándo mi padre te diseña vestidos y no te quejas cuándo te llevo de viajes con nosotros.

—Pero es diferente—replicó, quedándose solo con lo último.

—¿Por qué?

Andrea no supo que contestar a la pregunta de su mejor amiga, algo que Julia entendió como un silencio culpable y se levantó cruzada de brazos, para irse sin decir nada más y dejando a Andrea sola en la cafetería.

Entendía el punto de las dos pero en defensa de cada una diré:

Andrea solo se preocupa por Julia, aunque la manera de expresarla no fuera la correcta.