CAPITULO XIII

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Los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación, no queria a abrir mi ojos de todo, me sentia tan comoda, relajada era como estar em una nuve flotando. Siento un cosquilleo en por mi cuello, y se dealiza por mi clavicula y sigue bajando es tan placentero y delicado; permanezco con mis ojos cerrados sumida en placer de ese cosquilleo.

-Eres hemorsa Kagome -Esa voz rasposa casi gutural en mi oido, me hizo abrir mi ojos de golpe y caer en cuenta de quien tenia a mi lado, gire mi rostro al costado derecho y ahí estaba él. Lo mire con detenimiento, sus ojos parecían ser mas claros como si le hiciera competeci al mismo sol, su cabello estaba revuelto cosa que le daba un aire salvaje e intimidante y atrayente, parecia un dios griego bajado del mismos olimpo. Me miraba con una intensidad arrebatadora que me probocaba un sin fin de emociones. "¡Dios que hombre mas hermoso!" Él  esbozo una sonrisa y sin mas, unió sus labios con los mio.

El besos era pausado, delicado pero luego se volvio mas profundo, intenso, provocando en mi una liberación de sensaciones. Nos separamos por un instante, ese intante vasto para saber que lo deseaba al igual que él a mi, sus caricias eran sugerentes al camino del infierno pero no me importaba; mis manos se deslizaban por su bien formado y definido cuerpo.

-Ya no puedo más...necesito fundirme contigo- me susurro con voz entrecortada y acto seguido, se deslizaba dentro de mi para comenzar el baile sensual del movimiento de sus caderas. Cada parte de mi ser vibraba en cada embestida, nunca habia experimentando algo tan exquisito.

- Mirame Kagome- y asi hice- nunca te vas a lejar de mi, en esto no hay vuelta a tras.- sus palabras me intimidaban un poco, pero también me prodocian una sensacion de pertenencia y lejos de parecerme mal, me encantaba. Pronto nuestros clixmas se hicieron prensentes, Sesshomaru no dejo de besarme hasta el ultimo minuto de su culminación, y lo supe cuando senti su cuerpo relajado sobre el mio.

Ese dia no regresamos a Japon como Sesshomaru habia hecho saber al Sr Yohei, permanecimos 3 dias mas, para nosotros. Salimos a rcorrer la ciudad de Nueva York, vistamos el Central park y no de balde le dicen el pulmón de Manhattan, es un lugar hemoso y pasifico en medio del estruendor de la ciudad; luego fuimos a Broadway donde casi todo actor de Hollywood comenzo su carrera, en el utimo dia vistamos la estatua de la libertad y para esta tuvimos que levantarnos muy temprano para asi poder subir la corona de esta ya que las entradasse agotan rapiado, pero gracias a Dios pudimos. Era maravillosa la sensación quesentia.  en ese momento jumto a Sesshomaru, él se veia mas relajado, sonreía, nada del hombre serio y frio que conocí antes, era como estar en cuento de hadas, un sueño; sin embargo como en todo sueño hay que despertar.



El regresar a casa hizo que callera en cuenta en mi realidad...

Ese dia llegamos juntos a la oficia, Sesshomaru me habia hido a buscar a la mansión, esta muy feliz de tenerlo serca.

- ¡Sara!- Fue el nombre que salio de los labios de Seshomaru para la mujer que se encontraba sentada en uno de los muebles de cuero negro que ambientaban el despacho

- Mi amor, te extrañe mucho - dijo y planto un beso en los labios de él. Me quede pasmada mirando la escena, ella se separaro y la muy de sacarada me mira de arriba a bajo.

- Y tú quien eres- yo miro a Sesshomaru esperando que él fuese el que la ponga en su lugar y dijera algo sobre quien soy yo, pero eso no pasa, por el contrario en se queda en silencio " Que mierda" 

- Soy kagome la...- mis palabras quedan en el aire cuándo soy interrumpida.

- Ella es mi asistente- el semblante de Sesshomaru era gélido

- Ah mucho gusto. Soy la prometida se Sesshomaru- y me extiendo su plida mano. Imagínense por un momento que estan a la orilla de el ultimo piso de un rascacielos, y que les dan buena pata en el trasero y caen estrellandose contra el pavimento, saben que la reguera de su humanidad sera asquerosa, bueno asi quedaron mis sentimiento, todos esparcidos aplastados en suelo; en ese momento entendi que la descarada era yo.

Demonio de cristalWhere stories live. Discover now