Capítulo XVII

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Kikyou no se había despegado del lecho de su abuelo ni un momento y yo no lo había hecho ni de ella y menos del Sr onigumo. Me preocupaba la saludo de Kikyou no dormía muy bien y aregaña diente probaba bocado y cunado lo hacía era en muy pocas cantidades. Inuyasha se había mudado prácticamente a la mansión, pero él también tenía sus obligaciones en su empresa, así que se le hizo difícil mantenerse al pendiente constante de ella; por lo tanto yo me propuse a cuidar de ella mientras Inuyasha no se encontrará, si no seria un desastre.

Yo ya habia aceptado que de un momento a otro el Sr onigumo ya no estaría más con nosotros, eso me hacía un poco más llevadera la situación para no dejarme caer y asi poder ayudar a Kikyou.

- Vamos Kikyou descansa un poco- le sugerí, pues la pobre se veía demacrada y sus ojeras eran profundas.

- No, estoy bien- susurro si ganas.

- No, no estás bien necesitas dormir por lo menos unas horas. Yo me quedaré aquí, juro que no me movere de este lugar, y en lo que suceda algo te diré- Kikyou no quería pero ínsisti tanto que casi la obligue y sin tener más remedio fue a descansar, mientras yo me quede con el Sr onigumo

Me encontraba dormitando en uno de los asientos de la habitación serca se la ventana, cuando escuché la puerta abrirse y pense que sería Kikyou pero no, era Sesshomaru Taisho. Se acerco con la elegancia que lo distinguía, eso hacía que mi corazón latiera, el simple hecho de tenerlo serca lo desbocaba, se detuvo frente al ventanal y por unos minutos no dijo nada, sólo se limitó a mirar al Sr Onigumo para luego perder la mirada por el ventanal un buen rato, hasta que hablo.

- El quiere que tú y yo nos casemos- esas palabras me hicieron abrir los ojos que mantenía cerrados, él se giró y me dio la cara, nos miramos por unos segundos, quede en blanco y al ver esos ojos sentí la necesidad de correr a sus brazos pero, entonces el recuerdo doloroso de su mentira, su prometida, las palabras de esta y... invadió mi mente cual siclo llevándose casi completamente todo atisbo de debilidad. Me levanté del asíento.

- Eso es algo que no pasará, nunca- solte duramente.

- Kagome ¿Por qué no puedes entender- dijo acercándose hasta a mi.

- No ¿Por qué no puedes entender tú?- replique con rabia y dolor, Sesshomaru guardo silencio

- Si tan sólo me dieras tiempo- dijo al fin, mientras yo le dediqué una sonrisa sorna. Al intentar marcharme, él me sujeto del ante brazo atrayendo hasta tenerme serca.

- No me daré por vencido contigo Kagome, mi intromisión jamás fue mentirte.

- Pero lo hiciste- respndi deshaciendo de su agarre- no me interesa nada de lo me digas, no te creeré.

- ¡Juró Kagome que vas a volver a mi, no te dejare ir nunca y menos a los brazos de Bankotsu!- dijo sujetandome y haciéndose dueño de mis labios con gran ímpetu y voracidad.

- ¡Ya basta Sesshomaru!- logre articular. De pronto el pito de la máquina a la que estaba conectado el Sr Onigumo comenzó a emitir sonido con insistencia, eso automáticamente detuvo el voraz beso de este demonio. Sin perder tiempo no acercamos hasta la cama y fue cuando las alarmas se activaron aun más, el Sr onigumo comenzó a convulcionar o eso dijo Sesshomaru, quien apretó el botón de la alarma para llamar al médico, la enfermera del Sr onigumo hizo acto de presencia y comenzó a revisarlo. Yo me encontraba muy asustada, ante la situación, quería ayudar pero son sabía como, luego entro el doctor pero este no pidió que salieramos de la habitación, al cabo de un rato salió el doctor.

- El Sr Onigumo quiere hablar con Kagome y Kikyou - Ya sabía lo que eso significaba, ese " Quiere hablar" no es más que una despedida

- Iré por Kikyou- fue lo único que pude decir y salí prácticamente corriendo en busca de Kikyou.

Al llegar con Kikyou esta se encontraba mirando un viejo álbum de fotografía.

- Mira Kagome, aquí el abuelo se veía tan feliz, lleno de vida- sus palabras eran tristes mientras me mostraba las fotografías, mis ojos se llenaron de lágrimas y trate de controlarme para que no derramarlas.

- ¿Qué sucede Kagome?

- El Sr Onigumo quiere hablarnos- Kikyou me miro con sus ojos inundados en la más profunda tristeza, una muy palpable. Con lentitud cerró el álbum.

- Vamos no lo hagamos esperar - Susurro. Salimos y nos dirigimos a la habitación del Sr Onigumo. Al llegar junto él, sus pequeños ojos se abrieron y se volvieron a cerrar, se apartó la mascarilla de oxígeno, remojo sus labios con saliva y aspiro profundo lo supe por el movimiento de su tórax.

-Kikyou, kagome- pauso- no entristezcan por mi partida de este mundo, es ley que uno nazca, crezca, se reproduzca y muera...- sonrio levemente- me siento feliz, feliz por mis niñas ya son mujeres de bien; ustedes han alegrado mi vejez, sólo lamento no poder llevarlas al altar y...

- Abuelo no digas eso, tú estarás presente en nuestras bodas - intervino Kikyou.

- No, no hija ya mi hora ha llegado.- poco a poco llevo su temblorosa y avejentada mano hasta el rostro de Kikyou- se feliz mi querida nieta. Inuyasha ha demostrado ser un buen hombre, te sabrá cuidar y tú a él.

- Abuelo- susurro Kikyou

- Te pareces tanto a tu madre, tienes su mismo espíritu- las palabras del Sr Onigumo eran casi un murmullo.

Por mi parte ya no podía contener mis lágrimas, las cuáles surcaban mis mejillas. Entonces sentí que una mano posarse en mi hombro y al mirar me di cuenta de que se trataba de Sesshomaru.

- Kagome - me nombró el Sr Onigumo y volví mi atención hacia él- lamento no poder cumplir mi promesa de unirte con un buen hombre, lo siento hija, te lleve hasta donde pude, pero... no es suficiente- el Sr Onigumo comenzó a llorar, mientras su vista se fijaba en algún punto sobre el techo- No puede redimir todos mis pecados, perdoname-.no entendía por que decía estas cosas ¿Perdonar? ¿Perdonar el que?

- Abuelo Onigumo no tengo nada que perdonarte, has sido una maravillosa persona conmigo, me acogiste en tu hogar y me permitistes cumplir mis metas; te estoy agradecida y no sabría como pagarte- el abuelo me miraba con tristeza.

- No kagome, yo no soy tan bueno como crees- yo seguía sin entender nada- lo lleve a la muerte, nunca debí de separarlos, interponer voluntad fue un error.

- Abuelo ya deja eso, mejor descansa- le sugerí.

-¡No!, ¡No!, ¡No! Ya es hora de decir lo que por tanto tiempo me ha corroido el alma.

Todos los presentes en aquella habitación nos miramos entre si. Nunca pensé lo que el Abuelo Onigumo diría, ni en mi más a locados sueños soñé tal cosa...

Nota.

《▪ Hola mis chic@ aquí les dejó otro capítulo, disfrutenlo, comenten, denle estrellitas 😗😍😍😍▪》
《▪ Gracia▪》

Demonio de cristalWhere stories live. Discover now