Capítulo:XXVII

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Había pasado varios días desde aquel encuentro tan perturbador con Sesshomaru, las palabras de él rondaban mi mente "Yo te amo" como me gustaría creer fielmente.

Inuyasha había ido a la mansión a visitar a Kikyou.

- Hola Inuyasha - salude al Taisho mejor.

- Hola Kagome ¿Cómo has estado?- un suspiro me melancólico se escapó de mis labios.

- Bien gracias- respondí. Kikyou en ese momento llegó con nosotros y me dispuse a irme y dejarlos solos.

- ¡Kagome!- la voz de peliplata menor me detuvo, gire y lo mire.- Ten paciencia.- me pareció raro que me dijeron aquellas palabras, y sin decir mas se fue con Kikyou dejándome con la duda, en definitiva estos dos hermanos se habían propuestos en dar acertijos, pues ni entendía nada.

Aún que mi vida emocional era un desastre, mi prioridad era la empresa, y que está tuviera yendo bien era un alivio, un estrés menos.

Una enérgica Botan irrumpido en mi oficina.

- Señorita aquí le mandaron esto- un ramo de flores, ya no era nada raro, con tantas flores ya debería de montar un floristería. Tome la tarjeta pensando en el remitente habitual, pero no, este día era el que menos esperaba.

-"Te espero a las 7:pm en la casa de Té ... Sesshomaru"

¿ Para que Sesshomaru quería verme en la casa de Té?.

La casa de Té era una posada tipo spad tradicional, yo iba con frecuencia, era mi lugar para relajarme, Sesshomaru lo sabía.

No sabía si asistir o no y cada vez la hora se acercaba y mi curiosidad aumentaba.

Y ahí estaba yo de pie frente a la entrada de la posada, dudando de si entrar o no "¡Genial! ¿Qué mierda hago aquí?" Intente marcharme pero por el contrario, cuando me di cuenta ya me encontraba dentro entregando la tarjeta que Sesshomaru me había mandado.

- Cabaña 204 señorita - me informó en encargado.

Una vez frente a la cabaña 204 en nudo en la boca del estómago se intensificó, al igual que el hormigueo en la punta de mis dedos " Deberías irte Kagome, esto es una burrda" me reprochaba y cuando ya había decido marcharme la puerta se abrió, dejando ver a un Sesshomaru con una media sonrisa; esa que odiaba y amaba.

- Pasa - dijo dándome pasó hacia el interior. Tímidamente entre, lo nervios y la curiosidad me invadía por completo.

El lugar era hermoso, él ambiente era relajado, provocaba quedarse más de un día en ese lugar, pero este no era el caso así que fui al grano.

- ¿Qué quieres Sesshomaru? ¿Por qué me has citado aquí?- cuestione. Él peliplata fue al bar y sirvió dos copas de vino, de las cuales me dio una.

- No vine aquí a socializar - dije de manera cortante.

- Aún así estas aquí - respondió con sorna, llevándose la Copa a los labios saboreando la bebida.- Ven cenemos- sugirió yendo hasta la pequeña mesa en donde se encontraban servidos varios platillos- Eh pedido tu platillo favorito costillas de cerdo con salsa agridulce, ensalada y pure- dijo sonriendo.

- Sesshomaru ¿Qué planeas?- cuestione nuevamente, no comprendía el punto al que quería llegar con todo está pantomima.

- Toma asiento cariño- me indicó la silla, no me hice del rogar y me ubique, la verdad la comida se veía apetitosa y yo tenía hambre, fue muy astuto- Sólo quiero que hablemos

Demonio de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora