tenías que ser tú; trueno

09

NORA

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Me quito los zapatos intentando no hacer ruido ya que son las once de la noche, y me tumbo en la cama.

Después de que me hablara de su hermano dimos una vuelta por los alrededores y decidí volver a casa. Mateo se ofreció a acompañarme pero me negué poniendo de excusa que era una perdida de tiempo ya que estábamos al lado de donde vivía él.

Y aquí estoy, fijándome en el techo de mi habitación evitando con todo mi ser volver a pensar en ella. Agarro el móvil y veo que tengo un mensaje de Mateo.

Mateo <3

has llegado bien?

Sí

Espero su respuesta por unos segundos pero no llega, por lo que salgo y me dirijo a Spotify. Una vez ahí busco esa canción de su barrio que me comentó, no me acuerdo del título así que pongo Trueno y lo primero que me sale es Azul y Oro, le doy click.

Pongo modo repetición y cierro los ojos mientras la canción inunda mis oídos.

El olor de la comida flotaba en toda la casa, tanto que se infiltró en mi habitación. Dejé el ordenador a un lado y fui corriendo hacia la habitación de Lina. Ella estaba sentada con la Play encendida mientras jugaba al Fifa.

— ¿No lo hueles? — pregunté mientras le levantaba los cascos por la parte derecha.

— Nora, ahora no puedo.

— Deja eso y vamos abajo — me levanté.

Llegué a la puerta y ella seguía quieta.

— Vale, pues tus canelones me los comeré yo — grité bajando las escaleras.

Escuché detrás mía como gritaba un ni se te ocurra y se unió a mi lado. Entramos a la cocina y efectivamente mamá lo estaba sirviendo en los platos.

— ¿Pero qué hacéis aquí? Se suponía que era una sorpresa.

— Pues no te ha salido muy bien — dije riéndome.

— Sentaos en la mesa que ya mismo vamos a comer.

Le hicimos caso y tomamos asiento. Papá ya estaba esperando mientras veía su programa favorito: "Más que coches". Por su nombre ya os podréis imaginar de que trata.

Mamá entro segundos después con una bandeja gigante y la colocó en el centro de la mesa.

— Vale, os lo habéis ganado así que disfrutadlo.

Lina y yo asentimos con la cabeza y empezamos a comer.

Estos momentos siempre serán mis favoritos, en el que nos juntamos todos y nos contamos como ha ido el día. Sonrio interiormente afirmando una vez más que no me ha podido tocar mejor familia.

Abro los ojos justo cuando la canción se acaba y noto como una lágrima se desliza por mi mejilla. Antes de que llegue más allá, me la seco con la manga del brazo.

Miro el móvil y observo que Mateo me ha contestado con un mensaje que no esperaba.

Mateo <3

sé que esta tarde he tocado un tema
delicado y quiero pedirte perdón.
Pero espero que sepas que me tienes
para lo que haga falta Nora.
No lo olvides.

Leo el mensaje una y otra vez y dejo de contenerme, esta noche me toca llorar todo lo que no lloré hace dos años.