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NORA

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El silencio se instala mientras observo a Martina, no puedo evadir compararme con ella: es más alta, más guapa, más mayor... Más todo. Nota que la estoy analizando y me mira unos segundos antes de hablar.

— ¿Podemos conversar a solas? — se enfoca en él.

Aunque sé que me está echando sutilmente no muevo ni un músculo, no quiero dejarle con ella. Aprieto la mano de Mateo, que en ningún momento he soltado, y espero su respuesta.

— Sí — se gira hasta mirarme. — No tardo nada.

Me suelta la mano y se va tras ella, sin darme un beso o una caricia mientras yo me quedo sola apoyada en la encimera ahora fría sin su presencia. Me caliento los brazos con las manos sintiéndome totalmente fuera de lugar y decido salir de ahí, en el camino me encuentro con Thiago.

— ¿Ya te vas guapa? ¿Dónde está Mateo? — se ve que ya está algo achispado.

— Hablando con Martina, ¿la conoces? — le miro con interés.

—Es de las chicas más populares del instituto y está buenísima, Mateo es un cabrón con suerte.

Mis sospechas se vuelven realidad y un nudo se instala en mi garganta.

— ¿Han tenido algo? — pregunto como puedo.

— Estuvieron mucho tiempo de rollo y ella siempre quiso más pero Mateo no es un tío de compromisos.

Miles de preguntas invaden mi mente pero una frase se hace paso entre ellas.

Mateo no es un tío de compromisos.

MATEO

❁══════❁

No me gustó compartir a Nora con mis amigos durante todo el trayecto y mucho menos que les prestara más atención a ellos que a mi sabiendo que se morían por ella, pero todo fue a peor cuando escuché su voz.

Antes de seguirla había visto como Nora analizaba cada parte de Martina y cuando decidí hablar con ella la decepción cruzó su semblante.

La persigo hasta la habitación de sus padres, está casa la conozco como la palma de mi mano, lo hemos hecho hasta en el lugar más incómodo. Entramos, enciende la luz y se posiciona delante mía.

— ¿Me has cambiado por ella? — pregunta cruzándose de brazos.

— No empieces — pongo los ojos en blanco.

Da unos pasos hacia mi y hace el amago de acariciarme pero me aparto.

— Te echo de menos... — por un segundo veo dolor en su mirada ante mi rechazo.

— Esta conversación ya la hemos tenido.

— Entiendo que no quieras nada serio pero déjame estar a tu lado.

Martina y yo habíamos tenido una relación bastante beneficiosa para los dos, yo conseguía tenerla cuando me daba la gana y ella fardaba de enrollarse con un famoso. Todo iba bien hasta que me planteó mantener una relación seria y obviamente le dije que no, ya he pasado por ese tipo de compromiso y mi experiencia no fue nada buena.

— No puedo darte lo que me pides M.

— ¿Y a ella sí? — me estoy exasperando, ¿por qué tiene que meter a Nora en todo esto?

He estado con más chicas después de ella.

— La miras diferente — añade respondiendo mi pregunta.

Niego con la cabeza replanteándome que hago ahí cuando he dejado a Nora sola.

— Disfruta de tu fiesta Martina — me doy la vuelta y salgo de esa habitación.

La miras diferente, ¿tanto se me nota?

Llego a la cocina y no la encuentro por ningún lado así que me encamino hacia el salón y visualizo su pelo marrón moviéndose alocadamente en el aire, está bailando muy pegada junto a un pibe que identifico como Rodrigo, un chico de la clase de enfrente. Me acerco a ellos y fulminando con la mirada a el tipo, agarro del brazo a Nora y me la llevo a una esquina.

— Suéltame — dice zarandeándose.

— ¿Te lo pasabas bien restregándote con el tío ese?

— ¿Y tú con Martina? ¿Te la has tirado para recordar viejos tiempos? — de un tirón escapa de mi agarre.

— ¿Quién te lo ha dicho? — pregunto suspirando, venir a esta fiesta ha sido una tontería.

— En mi no vas a encontrar ese tipo de relación así que será mejor que vuelvas junto ella.

Se separa de mi antes de que pueda explicarle que se equivoca y la veo desaparecer entre la gente, se va antes de que le asegure que con ella es diferente.

tenías que ser tú; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora